8 congresistas arrestados en Washington, D.C. por apoyar a la Reforma Inmigratoria.
En un acto sin precedente 8 congresistas fueron arrestados, en la capital del país, por apoyar a simpatizantes de la reforma inmigratoria. Charles Rangel representante demócrata por Nueva York, sonriente se dejo esposar, ni chistó, el acto lo tomó con orgullo, en vez, de disgusto por agresión policial.
Luis Gutiérrez, reconocido por su activismo a favor de la reforma inmigratoria no opuso resistencia aunque su indignación fue evidente. Raúl Grijalva, igual al resto de los legisladores demócratas, no opuso resistencia.
El reconocido activista por los derechos civiles, John Lewis quien acompañó a Martin Luther King Jr. hace 50 años a la explanada del obelisco cuando diera el histórico discurso de, “Yo tuve un sueño…” tampoco se salvo de la detención por los uniformados del orden en Washington, D.C.
El arresto por desobediencia civil, enfrente al Capitolio, tuvo efecto después que, los Tigres del Norte y Lila Downs, amenizaran la manifestación a la que acudieron miles de personas en Pro de la anhelada reforma, que se encuentra mas atascada que la carreta de mi compadre en las montañas de Guerrero después del paso del meteoro Manuel.
La manifestación cien por ciento pacífica, cuyo único fin era reclamarle a la mayoría de los representantes republicanos su voto, necesario para que continúe el curso de la reforma. No sorprende la actitud, de la extrema derecha del congreso de la unión, que insiste atajar cualquier iniciativa de ley que beneficie a la actual administración, encabezada por el presidente Barack Obama.
Los republicanos determinantes, no aprobaron el presupuesto de gasto federal que mantiene paralizado al gobierno, también se vislumbra que sucederá lo mismo con el techo de gasto fiscal sin reconocer que no afecta a la deuda oficial.
El empecinamiento a detener la reforma inmigratoria, lo único que genera es la animadversión del voto hispano que representa el 20% del total de los sufragios del padrón electoral y, que de legalizarse los 11,7 millones de sin papeles se convertiría en un sector de ciudadanos a favor de quienes operaron a favor de la reforma.
A oídos sordos, todo sale sobrando. El único vencedor con todas estas actitudes de rapiña legislativa por parte de los republicanos, es el partido demócrata. En el 2016 en las elecciones presidenciales sin duda los ciudadanos cobrarán la factura.
Encima de eso, los republicanos no cuentan con una figura carismática que mueva al electorado y, con estas pifias mucho menos alcanzarán la Casa Blanca.
Hillary Clinton, la ex primera dama y secretario de estado en el cuatrienio anterior, toma su tiempo y distancia para determinar si será o no la candidata presidencial demócrata.