Todos debemos pagar impuestos. T o d o s.
Al seguir minuto a minuto la exposición, más que la discusión general de las Leyes del IVA, IEPS, ISR, IETU, IDE y Federal de Derechos en el Senado de la República –hasta antes que los panistas por ahí de las dos de la mañana decidieron abandonar el pleno–, cualquiera pudo haber caído en la cuenta que la reforma fiscal tiene un objetivo y una misión:
El objetivo recaudar más y más a como dé lugar y la misión, tratar a los contribuyentes de manera diferenciada como siempre se ha hecho.
La recaudación de impuestos trastoca ya las ganancias del trabajo lícito de los mexicanos, sobre todo cuando al menos el 35% de los dividendos brutos van a parar a las arcas presupuestales, sin que a ciencia cierta los contribuyentes de la burocracia conozcan el destino de los impuestos que aportan y que en la mayoría de los casos no se transparentan y en otros, queda claro, que van a parar a manos de particulares con puestos y funciones en la cartera administrativa y/o gubernamental.
Luego de la retención de impuestos que marca la Ley, la aportación fiscal no se detiene ahí. Todos los consumidores nos convertimos también en contribuyentes a querer o no, y más cuando cada vez más y más productos son gravados y con un mayor rango.
Pero por otro lado, todo indica que la misión de la reforma hacendaria es no tocar ni con “el pelo de un gatito” a los grandes contribuyentes. Quienes de sus ganancias netas, apenas retribuyen como pago de impuestos, menos del 10% de las mismas y todavía buscan más y más exenciones fiscales mediante otras rutas que la Ley también les extiende.
La capacidad de compra del mexicano común y corriente, en donde está incluido el de la llamada clase media, ya va a la baja y todavía no entran en vigor los cobros hacendarios del 2014. No es posible un desarrollo nacional a costa del contribuyente cautivo y del consumidor en todos los puntos de la geografía nacional, mientras quienes menos tienen siguen recibiendo menos y los que más ganan, menos contribuyen.
La reforma fiscal va y pase como pase, ya dobló de nuevo al país. Porque los grandes contribuyentes con todo y sus cabilderos verán al final, que su gran nicho de riqueza y acumulación, no funciona sin consumidores que ya se están extinguiendo por las leyes fiscales, rapaces y ciegas.
Acta Divina… El secretario de Hacienda, Luis Videgaray, ya apuntó que: “Con los ajustes hechos ayer por la Comisión de Hacienda, según los cálculos de la secretaría, el impacto total es de 55,700 millones de pesos de un total de 240,000 millones de pesos que proponía la iniciativa del Ejecutivo, por lo tanto, el impacto que subsiste de la reforma es de 184,000 millones de pesos, equivalente a un punto porcentual del PIB”.
Para advertir… Una reforma fiscal que más que dejar en descontento a muchos sectores, está garantizando los privilegios de unos cuantos y afecta el desarrollo de millones de mexicanos.
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