• Reculón del Banco Central
• La contracción del mercado
Mientras la clase política mexicana se desgañita entre la demagogia y el populismo, y los propagandistas se queman los sesos para divulgar las grandilocuencias más baladíes de una propaganda abarrotera, los mexicanos van caminando a ciegas a través de un túnel profundo al que no se le ve final.
Está concluyendo un año de reformas, de expectativas, de ilusiones,. de fantasías, pero los mexicanos aún no ven la suya Los trabajadores, con la pesada carga de un empleo mal pagado, de carestía de los productos de primera necesidad, de desesperanza. Los empresarios pequeños y medianos, sin apoyo, sufriendo los efectos de la inflación al productor de la que ninguna institución informa. Una economía en constante retroceso que obliga a todos a refugiarse en los subterráneos del mercado para sobrevivir.
Una situación imposible ya de ocultar, tanto que el mismo gobernador del Banco de México, don Agustín Carstens, acaba de presentar el informe trimestral del comportamiento de la inflación y de pasó anunció una reducción de sus expectativas de crecimiento económico, en un rango de entre 0.9% y 1.4% para 2013, cuando hace unos días todavía esperaba que el producto interno bruto creciera entre 2% y 3%, porcentajes que ya hablaban de la desolación.
Y obviamente la inflación tiene que ser menor a lo calculado originalmente. Si no hay crecimiento económico, el consumo interno se debilita y la inflación se controla a la fuerza porque los mercados se contraen. El instituto bancario central, en su informe trimestral de inflación, recortó la perspectiva para 2014 a un rango de entre 3 y 4 por ciento cuando esperaba entre 3.2 y 4.2 por ciento. El que la inflación sea menor de ninguna manera quiere decir que los productos y servicios sean menos caros. Lo que ocurre es que la demanda es muy débil. A la “señora de la casa” sólo le alcanza para adquirir lo meramente indispensable, algo para matar el hambre, para engañar al estómago,
Con todo, la inflación mexicana es la tercera más alta entre los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, en donde sí funcionan las leyes de la oferta y la demanda: tasa anual de 3.4 por ciento en septiembre, más del doble que lo reportado por el conjunto de los 34 países de la OCDE durante septiembre de 2013.
Contra la propaganda oficial de que el presupuesto de gasto se ha ejercido en tiempo y forma, el señor Carstens ha dicho que la evolución del gasto público tuvo una dinámica menor a la anticipada, en los primeros meses del año, hecho que obviamente impactó a la actividad productiva. No circula dinero de verdad en la economía (entre las clases medias el medio de pago es el dinero plástico y en los mercados de riesgo, el dinero de saliva. Los proveedores del gobierno federal andan desesperados porque les pagan las facturas por los bienes o servicios que han prestado a las oficinas gubernamentales.
El futuro no es prometedor. A los desfiguros anotados hay que agregar los factores de riesgo, que también fueron enumerados por el señor Carstens:
La posibilidad de un menor crecimiento que el anticipado del producto interno bruto estadounidense; los posibles episodios de volatilidad en los mercados financieros internacionales; la expectativa de que el sector de vivienda continúe siendo un obstáculo para la recuperación del sector de la construcción, y que las reformas que están en proceso de discusión en el Congreso no logren aprobarse, o que resulten de un alcance menor al esperado por los agentes económicos, como la reforma hacendaria o la energética. No es descabellado esperar que la energética no sea aprobada este año. Ya no quedan muchas sesiones en el Congreso.
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