Las elecciones del 2014, la clave para la probable aprobación de la reforma a la ley inmigratoria.
La sorpresiva declaración, ayer, del presidente de la cámara de representantes, John Boehner, causó admiración por el cinismo que podría encerrar, “¿La ley de inmigración no esta muerta?”
La preocupación republicana por sacarla adelante cuanto antes, es para atajar el repudio del electorado en las urnas en los comicios del año entrante.
El 4 de noviembre del 2014, el sufragio incluye; 33 asientos de los 100 existentes en el senado. Los ganadores sirven un término de 6 años, de Enero 3, 2015, hasta Enero 3, 2021. También incluye, cubrir los asientos vacantes que ocurrieron en el Congreso numeró 113, por deceso o retiro.
En la misma fecha, se votará a todos los miembros de la cámara de representantes. 435 asientos, que representan a los 50 estados de la unión, con ellos y los del senado se constituirá el 114 Congreso de los Estados Unidos de Norteamérica.
Asimismo, competirán 36 gobernadores y 3 de los territorios.
Por su parte el presidente Barack Obama con anterioridad declaró, estar dispuesto a firmar una ley de reforma por partes, es decir, no la anhelada reforma integral que en papel, pareciera ofrecer el camino a la ciudadanía a 11 millones de sin papeles, de los cuales el 70% son de origen mexicano.
La conformación del 114 Congreso, la victoria de los gobernadores en los estados y territorios está sujeta a la aprobación a de la ley de inmigración. De no ocurrir, el electorado se cobrará en los comicios del 2014 a los republicanos por tu tozudez y oposición a las iniciativas demócratas-progresistas del actual primer mandatario-comandante en jefe de las fuerzas armadas.
La otra determinación trascendente, para el evitar el obstruccionismo que persiste por parte de los republicanos contra el presidente, se votó en el senado por 52 votos a favor y 48 en contra.
La medida “permite la confirmación de todos los nominados por la Casa Blanca, con excepción de los miembros del Tribunal Supremo, por mayoría simple, lo que reduce sustancialmente una tradición de filibusterismo que era una de las características fundamentales del sistema político norteamericano”.
Ambas medidas auguran que lo que resta de la actual administración hasta el 2016 sea mas tersa y, el ejecutivo se dedique a sacar adelante los problemas torales que aquejan al país, sin desgastarse en politiquería partidista.