Luego de que salió a la luz pública el video en el que se observa a una joven alumna con el que se entiende es un profesor dentro de un aula de estudio, dialogando sobre lo que parecían unos apuntes y que luego se convirtió en un arrebato en donde incluso, quien premeditadamente estaba grabando las acciones de ambos tuvo que intervenir para separar a la chica de la agresión de quien ahora sabemos era su profesor de física a nivel bachillerato, la respuesta del rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), José Narro Robles, ante las recomendaciones de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) por el caso, más que certezas nos llevan al desconcierto y más dudas sobre lo que sucede en una comunidad tan plural como lo es la UNAM.
La Universidad que ahora dirige el rector Narro Robles, sin lugar a dudas es reconocida por propios y extraños por su nivel académico y de investigación en muchas de sus áreas de conocimiento, pero también hay que registrar que en una comunidad tan masiva y en donde confluyen diversos pensamientos por su concepto y principio de pluralidad, habrá de encontrarse ahí, más de uno que altere el orden social y moral de dicha institución y la denuncia vale. Lo que sucede es que no siempre se puede advertir a los niveles a los que llego el caso de la joven bachiller y su maestro de física.
Existe una gran posibilidad –por desgracia–, de que la mayoría de hombres y mujeres ya con mayoría de edad, tengan historias de acoso sexual en diversos ámbitos de su vida.
La UNAM debe de reconocer que este acoso –desde maltrato verbal, psicológico y hasta físico–, es cosa de todos los días, o semestres o años lectivos, igual y como se quiera clasificar.
En mi caso, sufrí a los maestros que igual clasificaban a quienes venían de escuelas particulares hasta de preparatorias abiertas y sentenciaban de inicio la reprobación de éstos últimos, y pobre de aquel incluso “ceceachero” que sobresaliera más que los de escuelas particulares; hasta el profesor que se enojaba e ignoraba si veía a su preferida o preferido platicando con alguien que para el constituyera su rival, aunque el objeto de sus deseos no tuviera ningún interés por el profesor que con su poder podía reprobar o regalar calificaciones.
En la UNAM si hay acoso sexual, y para ser justos, también existe de los alumnos a los profesores.
El rector José Narro Robles arremetió contra la CNDH por las acusaciones vertidas y afirmó que esta resolución resta calidad moral a la Comisión. Parece que antes habría que “lavar la ropa sucia” de la UNAM y no resguardar ninguna información que dañe a los individuos de las instituciones, que al final, son los que les dan vida.
Acta Divina…Luego de que la CNDH hizo pública una recomendación dirigida a la UNAM por el caso de la joven de bachillerato acosada por su profesor de física, el rector de la máxima casa de estudios, José Narro Robles, afirmó: “Nos parece que ha habido asuntos de otra naturaleza que no voy a ventilar en este momento que son delicados y que disminuyen la calidad moral de una institución”.
Para advertir…Dos años hace que el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey publicó un informe sobre la impunidad en México. Los resultados: 98.5% de los delitos que se cometen en el país quedan sin castigo.
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