Este 12 de diciembre, como cada año, miles de feligreses asisten al encuentro de su fe de muy diversas maneras para pedir uno o más milagros o bien, agradecer la concesión de alguno.
En este día en muchas zonas del país –no sólo en la Basílica de Guadalupe en la capital del país–, se ven miles y miles de rostros congregados para festejar a la Virgen María, a quienes muchos tienen más confianza que a sus propios gobernantes, legisladores y administradores; mismos que tendrían que hacer los servicios y otorgar las garantías que muchos piden a su virgen en este día.
Totalmente aparte de la fe que cada uno de los mexicanos profesa, es indignante que miles de entre nosotros, tengan que solicitar a la Virgen María “un favor” o una petición que se encuadra en términos generales en la solicitud de un empleo, dinero para satisfacer las necesidades básicas, el derecho a una vivienda, acceso a servicios de salud o bien, la sanación de una enfermedad porque no se tienen los medios para acceder a los servicios de salud.
No es mentira, ni invento lo anterior. Son pocos los feligreses que claman a la Morenita un verdadero milagro fuera de las capacidades y de las obligaciones de sus gobernantes y servidores públicos. Los milagros del orden sentimental o de magia financiera son los menos.
Pero a como marcha el país y su prospectiva financiera, económica y de oportunidades en distintos rubros –educativo, laboral y de acceso a la vivienda y servicios de salud–, no es difícil imaginar que cada vez más, el número de peregrinos aumente con rumbo a la Basílica de Guadalupe u otros sitios de adoración mariana.
Todo indica que los milagros de fe, tendrían si no mayor viabilidad, sí más posibilidad frente al incumplimiento de las promesas, compromisos y obligaciones de quienes nos gobiernan, de quienes legislan y de entre quienes son servidores públicos.
Y la apuesta no se equivoca si ante una petición a la Virgen María de orden terrenal se llega a concretar; esta se agradezca a la Morenita antes que advertir el trabajo de quienes deben realizarlo, pues esto último es ya en sí entre la idiosincrasia de los mexicanos, “un verdadero milagro”.
¿Cuál milagro pediría usted amable lector?
Yo de ya, invoco por la honestidad y el trabajo serio hacia los gobernados y nada más, de lo demás y de lo que llegue o no a mi vida, yo me encargo.
Acta Divina… En tiempos de campaña presidencial, el ahora presidente Enrique Peña Nieto se comprometió a combatir los niveles de inseguridad, a que los mexicanos ganaran más para que estuvieran mejor los hogares mexicanos, entre otras decenas de promesas.
Para advertir… Luego de la aprobación de la reforma energética, el presidente Enrique Peña Nieto advirtió que la renta petrolero será de los mexicanos, falta, pues, que se haga el milagro.
— pues mientras no vengan los noruegos a administrar el Fondo Petrolero, no veo las rentas por ningun lado, bueno si, ya se vera eb q bolsas se enbolsan.