• Larga noche en San Lázaro
• Pemex, la piedra de choque
La Reforma Energética, ya aprobada por el Senado panista y priísta, a contracorriente de la corriente nacionalista, llegó a la Cámara de Diputados acompañada por una cauda de indignados izquierdistas, seguidores de Andrés Manuel López Obrador y de los partidos de la autodenominada izquierda, representada en el Congreso por el PRD, el PT y el MC
Los indignados tendieron. Como en días anteriores lo hicieron en el Senado, un bloqueo al blindaje de la Policía Federal, y no permitieron el ingreso de nadie a las instalaciones legislativas, ni dejaron a nadie, ni a los trabajadores, salir para ir a comer o a descansar luego de una agotadora jornada de trabajo.
Ya al despuntar el alba de este miércoles, las instalaciones de San Lázaro estaban rodeadas de cientos de policías y murallas de acero, atrás de las cuales revoloteaban los primeros grupos integrantes del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), que golpeaban con palos las vallas metálicas.
Después de vagar y vagar, dando vueltas y vueltas al complejo, a este escribidor se le ocurrió la brillante idea de presentarse en un retén de indignados como jefe de asesores del zacatecano Ricardo Monreal, dirigente del Movimiento Ciudadano. A ver, enséñeme su identificación, increpó el indignado. ¿Le parece poco mi corbata amarilla? reviró el escribidor. Pásale, ordenó el moreno. Estábamos en la mera esquina de Congreso de la Unión y Fray Servando.
En principio, estaba previsto que la sesión del pleno de los diputados se iniciara al mero mediodía, pero entrada la mañana el presidente de la Cámara, el panista Ricardo Anaya Cortés, informó, a través de la Gaceta Parlamentaria, que la sesión comenzaría a las dos y media de la tarde.
Y ardió Troya: minutos antes de la hora, una treintena de diputados perredistas, petistas y ciudadanos bloquearon los accesos del salón de plenos y se apoderaron del presídium y de la tribuna, en defensa del petróleo, constituido en la piedra de choque entre las facciones políticas. La gente común ni se dio cuenta del alboroto.
Ante la incidencia no esperada, la dirigencia de la Cámara decidió que el pleno sesionaría en una sede alterna que sería el auditorio del Edificio E del complejo legislativo de San Lázaro, con 401 diputados de los 500 que conforman la LXII Legislatura., mientras los 30 izquierdistas permanecían apoderados del salón del Pleno. La bella e inteligente Luisa María Alcalde Luján, del MC, y Alfonso Durazo Montaño, también de la tribu de Monreal Ávila, advirtieron que mantendrían tomado el salón y algunos diputados, unos seis, iniciaron un ayuno por 24 horas. Un ayuno que la mayoría del personal y los periodistas hicieron Ad ovum, porque no había manera de meterse en la boca ni un pedazo de pan, por la tensión y el trabajo. No callaron los procesadores de palabras hasta ya muy entrada la madrugada.
Pero los priístas y panistas se despacharon con la cuchara grande. Como mayoría, acordaron, a través de la Junta de Coordinación Política, que preside el perredista Silvano Aureoles Conejo, incorporar a la minuta de la reforma energética en el orden del día, y que se dispensaran los trámites para que se pudiera a discusión de inmediato. Y la discusión empezó a las 18 horas.
Perredistas y petistas intentaron, como lo intentaron en el Senado en la víspera, que la sesión se suspendiera., pero panistas y priístas ni los vieron ni los oyeron.
Y la tribuna ardió. Monreal Ávila consideró, airado, desde la tribuna, que el PRI, el PAN, el PVEM y la Nueva Alianza pretendían violentar el proceso de la minuta al enviarla para su discusión al pleno, sin turnarla previamente a las comisiones de Puntos Constitucionales y de Energía. El vocero del grupo del PRD, Carlos Reyes Gámiz, aseguró que los legisladores de su partido no permitirían que, fuera de la normalidad parlamentaria, se intentara aprobar la reforma.
Mientras, las bases izquierdistas de Morena y las demás agrupaciones partidarias se preparaban, muertos del frio de estas noches casi invernales en el Distrito Federa, para pasar, sin dormir, una larga jornada nocturna. Los diputados, extremadamente polarizados, se pasaron la noche en el debate. Probablemente, al iniciar el alba de este jueves, la mayoría legislativa haya aprobado la reforma, muy a pesar de los nacionalistas.
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