Recuerdo los ánimos con que muchos mexicanos calificaron de positiva la llegada de Barack Obama a la presidencia de los Estados Unidos apenas hace cuatro años y cómo en este arribo se visualizaba una zancada grande y positiva hacia una reforma migratoria sobre todo entre nuestro país y el vecino en cuestión.
Muchas cosas se atravesaron de origen desde Estados Unidos, según el propio Obama como para empujar abiertamente sus promesas para los migrantes ilegales en su territorio, e igual y al parecer desde nuestro país, si a los migrantes mexicanos nos atenemos.
Las últimas declaraciones del candidato demócrata y también ahora inquilino de la Casa Blanca respecto al fracaso de su promesa fue que se le cruzaron otros asuntos prioritarios que hubo que atender como la crisis económica y la reforma sanitaria. El candidato demócrata en busca de la reelección empero, relanza su promesa y dice que con más tiempo podría incluso convencer al Congreso estadounidense ahora de mayoría republicana para empujar por fin una política migratoria. No obstante, sus críticos le recuerdan que hasta el 2010 las dos Cámaras de congresistas fueron de mayoría demócrata.
El caso es que Obama no cumplió con su promesa de empujar la reforma migratoria y hoy ante su electorado pide más tiempo.
De los republicanos estadounidenses en tanto, sabemos que sus manejos ante la presencia de ilegales en su país es de gran rudeza, e inicia con criminalizar sólo a quienes parezcan ilegales.
Y a todo esto, lo que en México se hace o no para contribuir a la presencia de migrantes mexicanos con estatus ilegal también ha sido muy poco.
Felipe Calderón encargado de la administración de nuestro país con dos años de antelación a que Barack Obama arribara a la Presidencia de los Estados Unidos, se enroló en una estrategia contra el crimen organizado que le hizo desviar todos sus recursos hacia otros pendientes con los mexicanos, incluso con quienes ya viven en otras latitudes y de ninguna manera desean regresar a residir en nuestro país.
Con todo y que Obama en una maniobra de conveniencia a su campaña, en junio pasado emitió un decreto para que los miles de migrantes ilegales que llegaron a Estados Unidos con la minoría de edad consigan un permiso de trabajo y con ello evitar la deportación, la verdad es que Obama continuará por el camino de los paliativos y no por una reforma migratoria razonable por el continuo lindante de nuestros territorios, en tanto que del candidato republicano Mitt Rommey las propuestas tienen una claridad indiscutible.
Así que los migrantes ilegales en Estados Unidos de cualquier manera tienen un futuro inmediato muy incierto.
Acta Divina… Mitt Rommey, candidato republicano a la Presidencia de los Estados Unidos prometió la residencia (green card) a los inmigrantes que sirven en el ejército y a profesionales graduados en Estados Unidos en niveles de educación superior; señaló: “Si alguien consigue un título superior, quiero que se quede aquí, así que engrapemos una ‘green card’ a su diploma”.