Esta semana acaparó la atención mediática en cuestión de seguridad la entidad michoacana, pero la realidad es que todo el país se encuentra convulsionado. Porque señalar que sólo son unos puntos inseguros y violentos de la geografía nacional repartidos en el norte, el centro, el sur, el oriente y el occidente para no decir que es la totalidad nacional, es un gran engaño.
Dejemos por hoy, la comisión –ya no legislativa–, sino política encargada al ex procurador de defensa al consumidor, Alfredo Castillo, ahora al frente de la situación en Michoacán para devolverle a sus pobladores la paz social, con una táctica de ataque incomprensible: Desarmar a las autodefensas, sin enfrentar a los criminales que se pelean el mercado y el poder organizado.
Lo que hoy se resalta es el Ranking de las 50 ciudades más violentas del mundo, reportadas por el presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal A.C., José Antonio Ortega.
Del reporte de 50 ciudades violentas en el orbe, 46 se ubican en el continente Americano y de esta última cifra, nueve urbes se sitúan nada más y nada menos, que en nuestro México.
En las primeras posiciones, de estos –más que deshonroso—fenómenos violentos y convulsionados, se encuentra el muncialmente conocido Puerto de Acapulco en el estado de Guerrero, nada más y nada menos que en tercer lugar, sólo después de San Pedro Sula en Honduras y de Caracas en Venezuela.
Las otras ciudades mexicanas que aparecen en este penoso listado de violencia mundial, son Culiacán, Torreón, Chihuahua, Ciudad Victoria, Nuevo Laredo, Ciudad Juárez, Cuernavaca y Tijuana.
Así que centrar la estrategia y mandar todas las baterías a desarmar a quienes han dicho defienden a los pobladores de los criminales que incluso están insertos en las fuerzas federales, únicamente en Michoacán, es una verdadera falacia. Tanto como lo hizo el panista, Felipe Calderón en el sexenio pasado en esa misma entidad y en Ciudad Juárez, Chihuahua, luego en otras entidades del norte del país, y así de manera desagregada.
El país se convulsiona y la transformación se encontró con el gran tropezón de siempre y de la realidad.
Acta Divina… El secretario de Hacienda, Luis Videgaray acepta que las inversiones requieren de estabilidad y paz social.
Para advertir… Se desarma a las autodefensas y por qué no hacer lo mismo con los criminales. Hay autocomplacencia o: ¿Colusión?
actapublica@gmail.com