Los ritos del SOTUs, por las siglas en inglés, del discurso State of the Union.
Los acontecimientos relevantes, en especial en la política, aceptan una serie de rituales desconocidos por el público y las circunstancias que los propician.
Este es el caso, del discurso del estado de la unión, en la que cada año el presidente de los estados unidos relata el informe de actividades del año anterior y la agenda para el próximo, enfatizando los ejes centrales del periodo porvenir.
Sin descontar la importancia que reviste el evento, pocos se cuestionan, por qué determinadas personas se encuentran en las butacas a la orilla del pasillo por donde el presidente pasara al estrado, en consecuencia, la oportunidad para estrechar su mano. Una vitrina de cercanía, de promoción política.
Pareciera que esos personajes fueron elegidos, por el jefe de protocolo de La Casa Blanca, a modo de reconocimiento por algún logro relevante. La realidad nos dice que se trata de cualquiera de los invitados que llega con antelación, con el propósito de propiciar cercanía con el ejecutivo federal.
Hay quienes-miembros del congreso- arriban con diez horas de anticipación. Dejar el abrigo a modo de aviso, a los demás, que la butuca esta apartada no cuenta.
El equipo de seguridad del recinto lo desalojara en caso que el dueño no se encuentre ahí. Quien desea azul celeste, tendrá que soportar la larga espera, su presencia es, la única manera de asegurarlo.
“El trío de 3”. Durante la disertación del mandatario, las cámaras de televisión enfocaran al vicepresidente al lado izquierdo, al presidente de la cámara de representantes del derecho, debajo de ellos, en el podium, el jefe del ejecutivo.
En el transcurso del discurso, los de arriba aprobaran o disentirán, con gesticulaciones, segmentos de la intervención, en ocasiones se levantaran para aplaudir a modo de reconocimiento. Sin embargo, muchas veces, en especial, cuando el de la cámara de representantes no es del partido del mandatario, no se pone de pie, ni tampoco aplaude para demostrar su rechazo.
El sucesor designado. El presidente y el vicepresidente nunca viajan juntos por cuestión de sucesión en caso de tragedia. En el caso, del evento del estado de la unión, ambos comparten el mismo techo en el congreso, por lo tanto, La Casa Blanca debe designar a un sucesor en línea por si sucediera algo fatídico. El nombre no se revela hasta que el presidente inicia su discurso. El lugar del personaje en cuestión, permanece como clasificado por seguridad nacional.
El estoicismo de los miembros de La Suprema Corte. A diferencia de los legisladores de las cámaras de representantes y del senado, miembros del gabinete, y los invitados especiales, los magistrados no aplauden, no se ponen de pie en señal de aprobación, no gesticulan, se mantienen cuales estatuas como símbolo de imparcialidad.
Noche de reconciliación. En el pasado los republicanos se sentaban junto a sus colegas, jamás compartían la fila de butacas de su partido con los demócratas, quienes actuaban igual. Ahora, las rencillas legislativas, cuando menos por esa noche, se mitigan sentándose, unos con otros, lado a lado.
Quien presenta al presidente al iniciar el recorrido de la entrada del recinto al podium, (¡The President of the United States!) es una de las tres personas autorizados para hablar durante el evento, además del presidente en función y, el presidente de la cámara de representantes. Este singular personaje, es un militar que los legisladores seleccionan al inicio de cada periodo de sesiones del congreso, como jefe del cuerpo de seguridad de la sección de los representantes y, los edificios aledaños en donde se encuentran sus oficinas.
Twitter y demás mensajes electrónicos. No podría faltar que en pleno auge de comunicación instantánea esta no estuviera presente durante el SOTU’s.
Es la manera más eficaz para publicar textos de aprobación o rechazo.
La réplica al SOTU’s. El legislador designado para contestar el discurso del estado de la unión, no lo hace en el podium donde el presidente hizo su disertación. El presidente ni siquiera se encuentra en el recinto, al terminar su discurso se va de inmediato, sin la obligación de tener que aguardar a la réplica. Esta se hace por televisión para el público en general y, para quienes permanecen en el Capitolio a escucharla.