Despierta indignación la eutanasia a Marius en Copenhague, Dinamarca. El saldo del conflicto en Siria es de 130 mil muertos. El tirano, Bashar al-Assad, después de dos años de asesinar a los suyos se mantiene en el poder sin que las Naciones Unidas o la comunidad internacional actúen de manera definitiva.
Marius tenía 2 años de edad, con buena salud y genes adecuados para cruzarse con los de su raza. A la esbelta jirafa, de 2.80 mts. de altura, los administradores del zoológico de Copenhague decidieron sacrificarlo. El motivo, sus genes ya están bien reperesentados dentro del hato que constituye esa raza. Mantener a Marius con vida, estimularía la degeneración de los suyos.
La decisión es repudiada por los daneses, no les convence la explicación de los oficiales del zoológico, quienes, inclusive, han recibido cartas de amenaza de muerte, lo mismo que solicitudes de adopción de la jirafa, a pesar, del costo del sustento anual, estimado en $681 mil dólares.
Le comento lo anterior apreciable lector, porque me cuestiono si la airada sociedad danesa toma cartas con la misma pasión en defensa de los niños, jóvenes, adultos y abuelos sirios, asesinados diariamente por el presidente Bashar al-Assad.
La recriminación va por igual a las Naciones Unidas, a las potencias mundiales, a los vecinos a quienes les llegan diariamente refugiados poniendo en riesgo la propia estabilidad socioeconómica, política, con vertientes para que se generar núcleos subversivos dentro de sus territorios.
Es incomprensible la pasividad de los organismos internacionales ante esta larga, absurda guerra entre hermanos, solo por la tozudez del presidente Bashar al-Assad, la arrogante posición de Putin de Rusia y, la de los chinos advenedizos, dizque, para hacer contrapeso con Occidente. Estos dos últimos, tienen cooptado al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Estados Unidos y Europa, ni pichan, ni cachan ni dejan batear. Solo proveen armas a los rebeldes-buen negocio-, y determinan sanciones económicas.
De Irán, ni que esperar, para sus dirigentes islámicos radicales, entre mas se disemine el conflicto en la región, más favorable para consolidar su influencia entre los vecinos en llamas. Al menos eso estima. No andan tan errados, ante la presencia de barcos estadounidenses en el Golfo Pérsico-ejercicios militares que se han hecho por años-, en esta ocasión decidió, con “gran valor, o acaso provocación”, enviar los suyos a las aguas internacionales, del litoral del país del Tío Sam.
La Cruz Roja en coordinación con las Naciones Unidas, ayer lograron sacar de la población de Hams 611 sirios, niños, mujeres y ancianos, que a pesar, de la tregua con el gobierno despótico del presidente, Bashar al-Assad, fueron atacados. ¡Claro! las autoridades sirias responsabilizan a los rebeldes.
Mientras todo esto sucede, el mundo admira las olimpiadas invernales en Sochi…