• El “académico” vino, vio y grilló
• No quiere para nada a Madero
El ex comandante de la casaca guanga vino, vio y grilló. Sin ningún recato, advirtió a los periodistas que no retorna a la política ni se involucra en los asuntos del PAN. Pero bien que se metió, al sugerirle a sus correligionarios que deben “madurar y reivindicarse”.
Quien no te conozca que te compre, querido Felipe. Eso de que no quieres PAN ni política, que te lo crea Margarita y la Cocoa, cuando siempre has estado metido hasta el cogote en la politiquería, desde que te soltó la rienda el buen Piolín.
Calderón siente que le deben muchas facturas en el Comité Ejecutivo Nacional que comanda Gustavo Madero. Y obviamente no se las va a perdonar. Se las va a querer cobrar y caro. Y por ello manda una caballería para socavar el poderío del chihuahuense, quien es bien visto por el Ejecutivo federal porque le ha servido como un fiel asociado en eso del Pacto por México y, por tanto, en la consecución sobre todo de la reforma energética.
Pobrecito Felipillo. Está “muy triste” por la situación que atraviesa su partido, pero no dice que él fue quien lo partió. No se conformaba con ser ex presidente de la república. Quería adueñarse de lo que queda del partido, sobreviviente gracias a los porcentajes de votación que obtuvo en las elecciones presidenciales pasadas, pero que prácticamente está desmantelado porque sus bases se desbalagaron luego del ridículo que hicieron tanto Calderón como el boquiflojo de Vicente Fox en la silla presidencial.
No quiere hacer política Felipillo, pero no queriendo hacer política la hace intentando fortalecer a su gente, comandada por el senador ex Ernesto Cordero, quien la está haciendo de zapador en contra del grupo comandado por Madero, utilizando todas las artes para quedarse con ese partido.
Ahora, experto en el juego sucio – de ello dio muestras en la campaña para elegir al candidato del PAN a la presidencia, que al fin resultó ser candidata –, Cordero y sus corifeos del Senado presentaron denuncia contra Madero ante el Instituto Federal Electoral, y la Comisión Organizadora de Elecciones del partido, bajo la acusación de “uso indebido de recursos”. (Le están haciendo el caldo gordo a Cordero otros senadores como Javier Lozano, Mariana Gómez del Campo (que no aprende a hacer política), Adriana Dávila y Roberto Gil, de la más rancia estirpe caciquil chiapaneca.)
La guerra intestina entre Felipillo y Madero está en su punto. Quién ganará. Seguramente el que tenga más saliva, porque el que tiene más saliva traga más pinole. Y hasta el momento pareciera que el ganón es el chihuahuense. Aunque lo niegue, el michoacano está haciendo política – politiquería, mejor dicho – para agandallarse al partido en la persona del señor Cordero, o de Vázquez Mota. No quiere ver ni en pintura al chihuahuense.
Veremos de qué cuero salen más correas. Aunque quien se adueñe del CEN no garantiza que los panistas desbalagados vayan a reintegrarse a las filas de un partido electoralmente perdedor, no obstante que a los cuadros dirigentes les interese un comino este desbalagamiento, que lo único que pretenden es que el señor Peña Nieto practique una política al estilo panista.
Mientras, los priístas galopan en caballo de hacienda. Tienen todo para salirse con la suya. Cuentan también con las huestes de Ortega y Zambrano.
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