La impartición de justicia en México sigue siendo selectiva y hasta ahora no han dejado de pesar en su aplicación decenas de situaciones que no tienen nada que ver con que esta sea apegada al derecho y a la verdad.
Desde intereses políticos hasta de poder económico o de simple revancha, imperan en cientos y cientos de acciones que se amparan en el dictado de un juez. Desde una aprehensión, un dictamen económico, un embargo, un desalojo, qué se yo.
Apenas el hecho de que al momento de capturar al capo de capos, Joaquín “El Chapo” Guzmán en un departamento en la Avenida del Mar en el puerto de Mazatlán, Sinaloa; se dejara en libertad a su esposa, así como así, que porque no había delito que perseguir en su contra, suena a que esta captura tuvo arreglos previos.
De cuando acá, las autoridades realizan el juicio pronto y expedito –en el mismo lugar de los hechos– para liberar o encarcelar a quienes se encuentran con un delincuente y más si se trata, insisto, del capo de capos.
En mi caso personal, puedo repetirles la historia de que fui desalojada del lugar que habitaba, simple y sencillamente porque contra quien se dictó la orden de desalojo, declaró en una sola ocasión vivir en ese inmueble que ya había abandonado meses atrás. Así que sin aviso previo al que yo tenía derecho: un juez, empleados y policías del Estado de México, decidieron que mis hijos y yo éramos culpables de un delito, del que en actas, ni siquiera apareció nuestro nombre.
El mensaje que se sigue enviando a los mexicanos es que en este nuestro país, es posible delinquir y llegar a un acuerdo para beneficio propio, siempre y cuando a la justicia se le aborde por el lado “chueco”.
Defender la legalidad de un caso, puede costar a quien se resguarda de una o varias arbitrariedades y delitos, un costal no de dinero, sino de deudas, porque es difícil que la justicia mexicana sea pronta, expedita y que imponga resarcimiento de daños, pues con castigar al culpable penalmente, la sociedad no siempre gana mucho.
Así que no nos digan, que no nos cuenten. La captura de El Chapo, no fue por un asunto de “geo referenciación”, hubo arreglos de por medio. ¿O así como así, dejaron ir a la esposa del capo de capos acusado entre otras cosas de delincuencia organizada?
Acta Divina…La madrugada del pasado 17 de febrero, efectivos de la Marina irrumpieron en el domicilio ubicado en la calle 7 de Gotas número 642, en el fraccionamiento Colinas de San Miguel, en Culiacán, Sinaloa. Los elementos de la Marina causaron destrozos en dicho inmueble en donde habita la ex esposa de “El Chapo” Guzmán, la señora Griselda López Pérez.
Para advertir… Pero a quien vive de ganancias ilícitas, se le facilita la huída.
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