Otra vez, como en 2013, la economía nacional está estancada o, de plano, hay quienes ya la ven en picada.
Todo indica que es falso que este año vamos a crecer como país un 3.9% –Banxico, en desacuerdo, apuesta a que no irá más allá del 3.2%–, pues dicen los expertos que, para que tal sucediera, los próximos tres trimestres la economía debería crecer 5% en cada uno de ellos. Y no’más no.
El problema de fondo, el problema que ya nadie toca o nadie quiere tocar es el del subejercicio presupuestal de la Administración del señor Enrique Peña Nieto.
“Es como si Luis Videgaray –y ahora también Aurelio Nuño—“, me dice un reconocido politólogo, “tuviesen miedo. Miedo a no saber cómo va a reaccionar el sector privado, tanto el nacional como el externo, ante las leyes secundarias de las reformas constitucionales aprobadas el año pasado.”
Y eso, agrega, es como el “telón de fondo de la hoja de ruta, de la gobernabilidad y de la falta de credibilidad y de legitimidad. Un gobierno que no sabe o no puede ejercer los dineros públicos, simplemente no existe.”
Miedo en el 2013, por las reformas. Por las reacciones a la Cruzada contra el Hambre. Por las elecciones en Baja California que, de plano, paralizaron a la Administración. Más miedo en el 2014, ahora dizque por las leyes reglamentarias. ¿El año próximo, año electoral, qué miedo van a adoptar “el secretario de finanzas de 2013” (sic) y el asesor presidencial en jefe?
Lo peor es que, para ocultar el miedo, los estrategas gubernamentales lanzan todo tipo de distractores.
Les duran tales distractores, me dice un conocedor de medios de comunicación, menos que un catarro, porque son ocurrencias. Nada más.
Y porque la situación económica del país, de las empresas, de los trabajadores es alarmante. Otra vez.
Por los subejercicios presupuestales –¿dónde quedaron los dineros públicos no gastados en el 2013?–, claro está.
Ya estamos a la mitad de marzo, y los recursos públicos no fluyen.
CUESTA ABAJO EN SU RODADA
Y mire usted todo lo que provoca el subejercicio de nuestros recursos:
El reporte económico del INEGI sitúa a México en un escenario recesivo.
Las ventas al menudeo, de acuerdo a un reciente reporte de la ANTAD (mercados de autoservicio y tiendas departamentales), cayeron como el plomo en enero y febrero.
Las exportaciones de todo tipo de mercancías se abatieron en el primer mes del año.
El IMSS también dio malas noticias. No se han creado empleos permanentes en lo que va del 2014.
Los empresarios e industriales, todo indica, le están replicando a la Administración la misma receta que ellos tragaron amargamente en el 2013. No invierten. No sueltan la “lana”.
Se quejan de las nuevas medidas fiscales. Como los consumidores y contribuyentes mismos, quienes han visto reducido su ingreso real por el pago de nuevas y más altas alcabalas.
Empobrecemos nosotros, mientras el gobierno tiene cada vez más recursos –el SAT reporta un incremento en la recaudación fiscal del 23% con respecto al año anterior–, pero no los ejerce.
¿Sólo por miedo?
¿Quizá porque están haciendo su “cochinito” –remember Rosario Robles y Luis Kelly Ramírez, de Publicorp– para financiar las campañas electorales del partido que ya ni siquiera se ruboriza por “la sana cercanía”?
El país y su economía están paralizados.
Los funcionarios también, pero de miedo.
¿Tiene alguien por ahí la receta para salir de este atolladero?
Un favor, nada más.
Que no sea otra maniobra de distracción, ¿estamos?
Índice Flamígero: Un estudio dado a conocer apenas por BBVA Bancomer da cuenta de la caída de la economía. Se cayó el crédito al consumo –tarjetas–, lo que ““podría deberse a la combinación de dos factores. El primero está relacionado con la desaceleración del empleo observada durante 2013 y que parece extenderse hacia inicios de 2014, como lo indica el crecimiento anual de 2.7% en enero de 2014 del número de trabajadores asegurados en el IMSS, el menor desde marzo de 2010. El segundo podría ser un efecto de sustitución entre el crédito bancario y no bancario, pues ambos tipos de crédito tienen una relación alta”.
Me parece que está usted muy acertado, pero a quien le preguntamos cuánto no se ejerció el año pasado; en todo caso Luis Videgaray informaría pues por ley, deben regresarle lo no gastado, digo