Desde Nueva York
19/06/2012 – 02:39
Por: Rubén Cazalet
Patadas de ahogado en busca del voto latinoEn su calidad de ejecutivo federal, el presidente Barak Obama puede emitir órdenes de procedimiento, a las agencias federales, sin necesidad de pasarlas por el congreso de la unión para escrutinio. Tal es el caso de la suspensión a deportar a no documentados menores de 30 años, que anunciara el jueves pasado. Esta última ocurrencia del presidente para consolidar la tendencia a su favor por parte del electorado hispano, que aunque como mayoría de las minorías, también sugiere ser la minoría con menor número de registros para acudir a los comicios presidenciales el próximo mes de noviembre. Ameritaba menearle de cerca a la nariz una zanahoria para animarla y deje atrás el escepticismo.
La iniciativa se da, más, por estrategia de campaña que por la genuina intención a dibujar la añorada reforma de inmigración. El contenido, si bien, es una lucecilla al final del túnel, solo refleja la limitación de la Casa Blanca a hacer una propuesta mayor. Los tiempos no convienen al partido demócrata. Una maniobra excesiva resultaría contraproducente, en donde la sociedad reclama puestos de trabajo y vigorizar la economía. Tengan o no razón del efecto positivo o negativo sobre los inmigrantes no documentados, por ahora el desanimo general por la lentitud en la recuperación financiera no aconseja moverle demás al asunto. Sin descontar que el número de ciudadanos a favor de la regularización es mayor de aquéllos en contra. Resta que la comunidad latina se trague a la iniciativa de los Dreamers, soñadores, como el camino a la actualización de las leyes migratorias acorde a las necesidades del siglo XXI.La oficina de seguridad nacional la pondrá en vigor en 60 días. Se beneficiarán aproximadamente 800 mil jóvenes no documentados. La condición es que hayan ingresado al país siendo menores de 16 años, que hayan vivido aquí 5 años consecutivos, sin antecedentes penales, y de haber cometido algún delito menor, el caso se estudiará. El hecho de estar estudiando o haber acudido a la secundaria y la preparatoria o prestar servicio en el ejército son elementos a favor. Tendrán la posibilidad a obtener un permiso de trabajo por 2 años, renovable, aunque no les da derecho a obtener la ciudadanía.Los jóvenes deben recurrir a la oficina local de servicios de inmigración para solicitar su nuevo estatus, pagar, obviamente, el costo del procedimiento y, en caso de ser aprobada, entonces, obtener el permiso de trabajo. Cabe recalcar que no es obligatorio acogerse al trámite, es una opción que cada quien debe evaluar de acuerdo a su necesidad.Algo es algo dijo el calvo, cuando miró le crecía un cabellito en la coronilla. Así… igual, se percibe éste flaco proyecto, peor es nada.Para que no quede mayor duda en los contrincantes del presidente Obama, con el proyecto de suspensión de las deportaciones, el viernes pasado, hábilmente salió al quite la secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano. Declaró ante los reporteros que: “es lo correcto por hacer, de esta manera la agencia a su cargo se enfocará a deportar a criminales. No es inmunidad ni tampoco amnistía. Es un ejercicio discrecional para no suspender a los jóvenes del sistema.”La senadora republicana, Lindsey Graham, ni tarde ni perezosa se le fue a la yugular al presidente. “La decisión evita la revisión por parte del congreso y del pueblo americano, en vez, de una vez por todas enmendar un sistema inmigratorio obsoleto.” ¡Por fin! Quién entiende a los detractores de la presente administración, si la pasan por el congreso con todas las de la ley, ahí queda, ni para atrás, ni para adelante. Ahora que el presidente se adelanta igual. Mala señal para cualquier país cuando la mayoría legislativa es opuesta al ejecutivo en turno. El sistema se paraliza, o camina a paso de mula con tal de desacreditar a quien dirige el gobierno federal. El resultado inercia, inercia… En contra de toda la nación.Esperemos que en México no suceda tal aberración en los próximos comicios del 1 de Julio. De por si el ganador, ganará con menos del 40% de votos a favor y, encima un congreso en contra, ¡Dios no lo quiera! Dicen los panistas.Los mexicanos pronto expresarán que rumbo desean tomar. Hoy por hoy, la situación no es nada envidiable, resultado de la fallida administración de un hombre obtuso, ofuscado y muy temeroso del porvenir; Felipillo.