Lectora cotidiana del Índice Político, la doctora Leonor Magenties señala que “en el caso Thales ya existían, a nivel internacional, antecedentes de su corrupto trabajo. Por ejemplo, en Argentina firmaron un contrato en la época de Carlos Menem que incumplieron, aunque tanto el que lo firmó, como la empresa, se llevaron pingües ganancias: 75% para la empresa y el resto para el ‘Estado’.
“Además de las fallas, similares a las que denuncias en tus escritos, un periódico francés denuncia que se habían girado cuatro cheques por valor de 10 millones de dólares cada uno, a cuatro miembros del gobierno argentino, por lo cual en el 2004 se le cancela el servicio.
“También en su historial inventaron instalaciones en Singapur y Perú que jamás instalaron. Pero, además, Thales –que en el 2013 reportó ingresos por 14 mil 200 millones de euros, ya ha instalado más de 150 radares y 25 centros de control aéreo en América Latina, concretamente en México, República Dominicana, Colombia, Ecuador, Chile y Brasil, cerrando en estos días con Panamá, y ufanándose de que todo se ‘realizo en tiempo record’. ¡Qué miedo! ¡,Nuestro tráfico aéreo en sus manos!
“Pero ahora va la cereza del pastel: con una inversión multianual de 40 millones de euros se instalará en menos de un año, o sea para el 2015, el equipo adquirido al consorcio (que suministrará e instalará) integrado por Thales Comunications y Security, Sociedad Iberica de Construcción Eléctrica y Thales México ¡¡¡al Sistema de Transporte Colectivo, el Metro!!!, firmado por Joel Ortega en diciembre del año pasado y difundido con alharaca como el nuevo ‘Sistema de Radiocomunicación del Metro’, cámaras, relación con el C4, monitores, cámaras en las estaciones, monitores de manejo en los trenes, etc., que justificarían, según declaraciones de Ortega, el incremento del precio del boleto…”
FUTURO INCIERTO EN EL DF
Contrato nuevo, pues. Pero en el anterior ,el incumpliendo de funcionalidades que otorgan “inteligencia” al sistema y los problemas de integración del C4 y los C2 que aún persisten han propiciado que el CAEPCCM intente soluciones propias y sobre todo contacte a otros desarrolladores de “software” que le ayuden a diseñar las soluciones que permitan el pleno aprovechamiento de la infraestructura física instalada.
La insatisfacción del Gobierno del Distrito Federal, es evidente, de tal forma que la continuidad de Thales es cuestionada y su contratación en las etapas futuras es incierta.
La competencia además se encarga de generar una mala reputación de Thales. Los incumplimientos son el argumento favorito para fortalecer en sus negaciones con los clientes potenciales del sector público. Y mientras persistan anomalías ante el CAEPCCM se carece de un merco de referencia que recomiende y contrarreste los climas negativo existentes.
Es primordial que Thales tome medidas que neutralicen esta situación y haga énfasis en una agenda de entrega recepción de las funcionalidades pendientes, evitando daños colaterales que puedan generar una seria afectación de los intereses comerciales de empresa en México y Latinoamérica.
Antes de que llegue a México, en visita de Estado, el presidente francés, François Hollande… dentro de unos días.
Sería muy molesto que, al entregarle Miguel Ángel Mancera las llaves de la Ciudad de México, también le diera una nota de la irresponsabilidad de Thales, empresa en la que el gobierno de Francia tiene participación accionaria, ¿no cree usted?
Índice Flamígero: Hace apenas unas hora, inesperadamente y en forma oficial las autoridades suizas informaron a la Justicia argentina que el ex presidente Carlos Menem tuvo una cuenta en ese país que se cerró en 2004 y cuyos fondos luego fueron transferidos a Estados Unidos. La respuesta es a raíz de un pedido del juez federal Sebastián Casanello, quien investiga a Menem y a otros exfuncionarios por presunta administración fraudulenta y cohecho a raíz de que durante su presidencia firmó un decreto en el que concedía, sin licitación pública previa, el control del espectro radioeléctrico argentino al grupo francés Thales. ¿Y aquí en México, cuánto han dado y a quiénes?