Ansias de novillero. Y frente a los micrófonos y las grabadoras se muestran al final de cuentas como en realidad son: sin preparación para desempeñar las funciones públicas.
Me refiero, primero, a la entrevista que el editor Mario Vázquez Raña publicara hace unos días al novel director de Pemex, Emilio Lozoya Austin, y que no tiene desperdicio.
Y es que, en primer lugar, Lozoya descubre ante muchos mexicanos la pequeñez mental de quien maneja la empresa más poderosa del pais ,su absoluto desconocimiento de la empresa, del objetivo de la reforma energética y de lo que es un sindicato de industria.
Se atreve a decir que es facultad de la empresa capacitar a los trabajadores sindicalizados, cuando todo mundo sabe que es facultad y obligación del sindicato el que sus agremiados estén en posibilidad de participar en otras empresas nacionales o extranjeras o conserven mejorado su status, si así lo deciden, en Pemex.
Lozoya está confundido en relación con el tema central que es el del derecho a la capacitación de sus miembros que tiene todo sindicato de industria. Pemex como empresa solo puede capacitar a sus empleados de confianza. Vale la pena recordar que el propio titular de Trabajo y Previsión Social, Alfonso Navarrete (La Jornada, 8 de enero 2014) así lo ha reconocido públicamente. Pero Lozoya sigue sin entender.
Con ese director general, Pemex jamás será una empresa productiva que responda a los requerimientos de su jefe, el Presidente de la República, y que tanto se cacarean en cuanta publicación se edita en el extranjero.
Con razón su papá, el maestro Emilio Lozoya sigue pensando que hubiera hecho mejor papel que su hijo.
Pero mientras, para que lo cuide, el compañero de banca de Carlos Salinas de Gortari tiene colocado ahí a quien fuera su eterno secretario particular, Víctor Díaz Solís, como director corporativo de Administración de Pemex.
Para que cuide al junior, ¿no?
SÍ CUOTAS, SÍ CUATES
La otra entrevista fue radiofónica y en declarante fue el senador verde Pablo Escudero quien también se reveló no sólo como el que” parte el bacalao”, sino como un verdadero formador de instituciones y seleccionador nacional de los nuevos íconos de la transparencia y la vida electoral, ahora que ya está despejada la incógnita acerca del responsable real de repartir a discreción puestos, vidas y haciendas para los nuevos comisionados del IFAI, del INE y de todos los organismos “autónomos” de Estado que deban pasar, para integrar su gobierno y sus nóminas, por las horcas caudinas de San Lázaro y el Jardín Pasteur, a cuya vera se ubica la Cámara Alta.
Con evidente sevicia, Escudero se despachó fuerte frente al suplente de Oscar Mario Beteta y afirmó que la comisión que encabeza “escuchó a todos y ahora, acompañados por los más grandes representantes de la sociedad civil (¡gulp!) vamos a poner a los que más saben… no habrá lugar para improvisados… el procedimiento va a ser elegir :tres constitucionalistas; dos de origen en los estados, habida cuenta que dimos al IFAI capacidad de atracción y dos funcionarios que se hayan formado en el Instituto… para la equidad de género, cuando menos 2 mujeres, mucho más brillantes que los hombres y que me disculpen mis amigos (¿pues no que no habría cuates?) y… por ahí se fue, hasta los montes de Úbeda.
¿No que ni cuotas, ni cuates padrino? Si ya sabían que iban a poner a los que ya traían bajo la manga (24 horas después de la declaración de marras, el colega Alfredo Lamont dios los nombres y coinciden con la repartición anunciada) ¿por qué no evitan los numeritos de las presentaciones de los académicos y de plano nos avisan que es requisito ser percibido como” constitucionalista” o ser funcionario del IFAI o de alguna delegación estatal?
La sociedad civil se acaba en el coro de aplaudidores –encargados del pobre IFAI– del senador Escudero? ¿Por qué aireó con tanto garbo su estudiada magnificencia y se burla del esfuerzo de cientos de postulantes, profesionistas con mayor decoro y preparación? ¿Quién es para seleccionar a los mexicanos que más saben? ¿Quién es para rechazar a los que llama improvisados? ¿De dónde viene su poder, más divino que humano?
Índice Flamígero: De casta le viene al galgo. Se apresta para retornar a la política militante, el tozudo coahuilense, ex subsecretario de Gobernación, ex delegado en Cuauhtémoc Jesús Roberto Dávila Narro. Pero mientras, presume, uno de sus vástagos despacha como “Asesor Político en la Asamblea Legislativa del DF”. Y sí, asesora a su mamá, la diputada local plurinominal –por el MC– Bertha Cardona. ¡Viva la familia!
El periodismo a modo. Su practica supina. Evidencia, por igual, su mismo garrafal “ejercicio” que a sus vocingleros entrevistados.Tal para cual.