No sólo cineastas, perredistas y morenos –no pocos priístas y panistas, incluidos– también en el sector empresarial hay preocupación por el contenido de las leyes secundarias en materia energética que están por ser discutidas en el Congreso de la Unión.
Un ejemplo: el presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), Luis Zárate Rocha sostuvo que en los nuevos foros de consulta sobre esta legislación que se abrieron este lunes 12, “pediremos que se acuerde al menos 50% de participación de empresas nacionales y que se ponga en cláusulas su incorporación”.
“Queremos ser socios no subcontratistas”, coincidieron varios empresarios –de acuerdo a una nota de El Universal–, luego de señalar que hay tiempo para incorporar peticiones de los sectores nacionales involucrados en la industria petrolera en el dictamen final de las leyes secundarias.
¿Socios o subcontratistas?
He ahí el viejo y revivido dilema.
Pero no sólo eso.
Miembros de la misma Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción demandan al gobierno de Enrique Peña Nieto participar en el monitoreo y aterrizaje de la mega-fabulosa inversión de 7.7 billones de pesos en proyectos hidráulicos, carreteros, portuarios, ferroviarios, energéticos, que con bombo y platillo anunciara el Presidente hace unos días… para distraer al respetable del bombazo que en ese momento soltaba el INEGI sobre el fenómeno recesivo que ya toma café en nuestra sala.
Lo que los constructores demandan no es la veracidad sobre la existencia de los recursos, de por sí respaldados presupuestalmente y soportados por una deuda externa que puede llevarnos mas rápido a los fondos borrascosos que no tienen retorno.
No. No es esa su preocupación, sino la incapacidad que con tanta vehemencia han demostrado los encargados del gasto público de no saber ni por dónde empezar para ejercer el gasto corriente del año pasado.
Si no pueden con las nóminas… ¡imagínense lo que ocurrirá al momento de querer ejercer las sumas billonarias destinadas a la obra pública!
Con razón la decepción de los editores de la biblia de cabecera de los tecnócratas que mal nos gobiernan –el The Wall Street Journal– al regatearle al equipo itamita la calificación favorable la semana pasada.
Y tal contrasta con el premio internacional al mejor financiero del año que consiguió para su pupilo, el maestro Pedro Aspe.
¡Con razón se acabaron ya los premios para los funcionarios demandantes a quienes aquí se les mueve el tapete cada rato!
VIDEGARAY, DESCONFIANZA
Puede el Presidente, como lo hizo hace un par de días, hablar bonito de la economía. De lo chula que se ve desde Los Pinos, de que “va por buen camino”… pero poco gana el señor Peña Nieto al ir a contracorriente del mayoritario sentir social, al decir cosas que hasta él sabe no son verdad.
Y es que lo peor que puede pasarle a un secretario de Hacienda –así y cuelgue en su oficina el entorchado de “financiero del año”– es perder la confianza. Y a Luis Videgaray ya le sucedió.
Lo decía el propio The Wall Street Journal hace unos días, en una nota de Mary Anastasia O’Grady:
“El secretario de Hacienda, Luis Videgaray, quien tiene un doctorado en economía del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), lidera el equipo de reformadores de Peña Nieto. Semejantes credenciales académicas deberían inspirar confianza. Pero a lo largo de 16 meses, Videgaray ha mostrado gradualmente una profunda desconfianza hacia los mercados que puede amenazar el crecimiento más rápido que ha prometido su jefe.”
El tema abordado por O’Grady en esa nota era la ley antimonopolios. Y su conclusión da idea del texto y sobre todo de su tono crítico a Videgaray y a sus políticas fallidas.
“Por supuesto, una desregulación significa menos poder para los políticos, y ese no es el objetivo del ejercicio antimonopolio. Esta ley sólo podría venir de un gobierno convencido de su superioridad intelectual sobre el orden espontáneo”.
Y no, no se ve esa superioridad intelectual –pese a las luces prestadas por el ITAM y el em-ai-ti— por lo que no seremos socios, sino subordinados de las empresas energéticas extranjeras. ¿O no?
Índice Flamígero: Para detener la nueva “comalada” de millonarios priistas que van a egresar del sexenio de manos libres en los puestos económicos estratégicos y las jugo$as empresas paraestatales, acaparados todos por los “itamitas” de Pedro Aspe, se van a necesitar varios partidos de oposición. A menos, claro, que continúen y tengan éxito las campañas publicitarias que, desde las autocráticas oficinas de Los Pinos, sigan con el duro y dale de que van a bajar los precios del diesel, luz, gas y gasolinas. Este solo comercial basta para que cualquier opositor le pegue al PRI en la línea de flotación. Pero los de Guamúchil insisten en que todos se plieguen a esa línea.
www.indicepolitico.com / pacorodriguez@journalist.com
–y un mes antes de las elecciones anunciaran repite q repite a toda hora, BAJA LA GASOL, fin a los aumentos, anq despues va de nues…