Con la abrumadora votación de Puebla y estados del sureste se decidió, sin duda, la elección interna panista, no sólo por el número de simpatizantes en el padrón de ese partido, sobremanera por el “empuje” que en ello imprimió el gobernador Rafael Moreno Valle.
La alianza Moreno Valle – estructura panista – Gustavo Madero, se olía desde antes: el guiso se preparaba para 2018.
Más aún porque, cual sal y pimienta, Moreno Valle tiene simpatías entre gente de Los Pinos y porque después del bajo perfil que observó durante su presidencia en la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) subieron sus bonos.
No obstante, lo más seguro es que los operadores políticos desbocados que rodean al gobernador poblano y sólo se dedican a pagar y/o filtrar gacetillas y shots en las columnas políticas de todo el país dando ya por hecho que el nieto del médico ortopedista será candidato del PAN en 2018, no han reparado en lo principal.
En otras palabras, están “hechos camote”, porque en el blanquiazul son muy exquisitos, exclusivos… pero también excluyentes.
Ahí respetan mucho aquella frase que Cagancho le dijo a Manolete, cuando éste quería meter los toros por espacios estrechos y peligrosos de la muleta: “Mataor, lo que no puede ser, no puede ser, y además, es imposible”.
¿Por qué no reflexionan, antes de gastar el patrimonio público de los poblanos, en que la sangre de su burel es tricolor –fue senador del PRI junto con el tránsfuga de Malova, hasta días antes de ser candidato del PAN—?
En un partido conservador y cerrado eso no se olvida por la militancia.
El paseíllo triunfante del poblano el domingo, después de reclamar su gran inversión para acarrear votos en los estados del sureste panista, se vio medio pasado de castaño oscuro.
Dicen que todo se debe al gran esfuerzo que ha hecho para desligarse de su madrina y protectora de toda la vida, pero hay huellas que no pueden ocultarse, aunque se gaste lo que sea.
¿Cuánto tiempo le da usted al poblano, antes de ser engullido por Gustavo Madero?
TÉ DE MANZANILLA
El que debe estar jalándose los pocos pelos que le quedan es el ex secretario de Gobierno, Fernando Manzanilla –por cierto, pariente político del mandatario poblano– quien le hizo caso a quien llaman “la chiva loca” Lozano y se enredó en una aventura a perder, apoyando a Mr. Bean Cordero.
Algunos analistas atribuyen el despropósito de Manzanilla a cálculos políticos nacionales de este chaparrito estratega.
Los mas atinados encuentran el problema en la carismática figura de Antonio Gali –alcalde de la capital y delfín del mandatario Moreno Valle–, quien le robó a Manzanilla la atención y valimientos del (im)posible precandidato presidencial.
Un tecito no le caería mal. Para el coraje, por supuesto.
Y POR LA “IZQUIERDA”
El abogado Carlos Deuchler Balboa, “designado” por Manuel Bartlett defensor eterno del sindicato de la Volkswagen poblana, ha querido acercar a sus amigos pudientes con el delfín Antonio Gali Fayad para derrotar en la nominación panista a la “la chiva loca” Lozano Alarcón.
Sin embargo, en el equipo de Moreno Valle repudian este apoyo –en donde también se ha apuntado Jesús Hernández Torres, enriquecido a lo bestia por el tabasqueno-poblano protegido de Córdova Montoya– porque, aunque jóvenes Moreno Valle y sus cercanos, sí saben la cantidad de millones que tuvo que pagarle a Beto Anaya para conseguir el escaño de la inmunidad, pues están vigentes las denuncias penales por robo que levantaron los ejidatarios y comuneros de Valsequillo, demandando la devolución de las miles de hectáreas de reserva territorial urbana, pegadas a Puebla, que se quedaron en manos de Bartlett y su ex secre particular Mario Marín, de quien usted seguro se acuerda.
Índice Flamígero: Se les han de haber acabado las neuronas para decidir que quien fuera a enderezar el tiradero que tiene Eruviel y a preparar la sucesión política en un Estado que tiene el tamaño de la economía de Egipto, represente algo de lo más gris del sistema. José Manzur Quiroga, ex ayudante del Oficial Mayor de la Cámara –el cargo administrativo más alto que tuvo– actual diputado federal del montón, que llegó a San Lázaro gracias al apoyo que brindó a la campaña del PRI con sus empresas de grúas y de mecánica en Toluca ,es el monstruo designado para hacerse cargo de lo que seguramente nunca acabará de entender. Si faltaba un signo oprobioso, lo acabamos de observar por la tele en la sala de nuestra casa.