7• Videgaray no sabe qué hacer con ella
• Bueno, pero los cocodrilos vuelan…
Un funcionario le dice a su colega: oye. ¿Sabías que los cocodrilos vuelan?
El colega le responde: ¡Qué! Estás loco, marihuano. ¡Cómo que los cocodrilos vuelan!
¡Sí, vuelan! Me lo dijo el señor presidente, agrega el primero.
Y el segundo rectifica: ¡Ah, claro! ¡Claro que vuelan! Bueno. Vuelan pero bajito…
Pues es un chiste, pero es la realidad. La clase política priista vuela bajito. Es de muy malas costumbres, producto de la mala educación. No se compromete para nada en los grandes y peligrosos momentos de la patria. Chitón boca.
Y no me digan que no.
En estos momentos, cuando la economía nacional está en jaque – en receso -, pues no crecerá este año más de lo que ha medio crecido en la mediocre historia económica reciente, y cuando México se ha convertido en una “fábrica de pobres”, pues el poder adquisitivo ha caído casi 80 por ciento en los últimos 30 años, lo que significa que una familia sólo puede comprar 34 por ciento de los productos de la canasta básica recomendables con un salario mínimo, nadie, ni senador ni diputado, ni menos economista dice esta boca es mía, ni siquiera para defender al secretario Luis Videgaray Caso.
Fíjese hasta dónde han llegado las cosas malas para los mexicanos: una canasta de 40 productos recomendables para la alimentación, elaborada por el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición, registró un valor de 195.3 pesos en supermercados; en mercados públicos, de 186.3 y en tianguis o mercados sobre ruedas de 172.4 pesos. Frente a ello, el salario mínimo vigente, de 67.29 pesos diarios, no alcanza para adquirir alimentos nutricionalmente recomendados. El salario mínimo sólo alcanza para dos boletos del Metro, un kilo de tortillas, dos de azúcar, un litro de leche y una lata de atún.
Pero no pasa nada. Nadie se responsabiliza de nada en materia económica. Y ya llevamos casi dos años con la esperanza de que todos los mexicanos tendrán dinero en el bolsillo y está sucediendo lo contrario. Nada se está moviendo. Menos con las reformas estructurales. La reforma hacendaria, impositiva, está probando ser una rémora para los negocios micro, pequeños, medianos y grandes. Todos, desde los magnates hasta los estanquilleros están que truenan en contra de la facturación electrónica y los cambios de situación fiscal. Se han declarado en quiebra millones de pequeños empresarios. Y los que no lo han hecho están a punto de hacerlo porque no hay, sencillamente no hay dinero líquido en las pequeñas cuentas bancarias.
Y del lado oficial no hay ninguna respuesta. Es común escuchar a Videgaray responder –cuando se le dice que bajo su responsabilidad la economía va pésima- que justamente por eso hacen falta las reformas, como lo escribió este lunes el colega Roberto Vizcaíno en su columna Tras la puerta del poder. Sus interlocutores entonces se quedan con la cara de “what?”, porque esa no es la respuesta que se quiere de él.
En mi columna dije en la víspera que los muchachos de Videgaray, incluyendo a éste mismo, no dan una con la política económica y menos con su aplicación. La mayoría, desde los dirigentes de las cúpulas empresariales hasta los de la microempresa están que trinan en contra de Videgaray, tanto que Vizcaíno sorprende cuando afirma que las fallas en el manejo de la economía, desde la Secretaría de Hacienda, comienzan a pegarle ya en los niveles de flotación al Gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto. Ya las respuestas no se le exigen a Videgaray sino a Peña Nieto.
Y dentro de éstas interrogantes comienzan a aparecer las que preguntan: ¿Es Videgaray inamovible?
Por lo pronto, el Grupo Parlamentario del PRD solicitará este miércoles en la Comisión Permanente la comparecencia del secretario de Hacienda, ante este órgano legislativo, para que explique las causas del bajo crecimiento económico del país y las medidas que se tomarán para revertir la reducción.
Hacienda había planteado una expectativa de crecimiento de 3.9 por ciento para este año; sin embargo, en su último reporte trimestral, el Banco de México ya había advertido que la economía mexicana sólo crecería entre 2.3 y 3.3 por ciento durante 2014.
La verdad sea dicha: el modelo de país, basado en los dictados del Fondo Monetario Internacional, no funciona. No ha funcionado desde que el gobierno de México unció los destinos del país a ese esperpento de siamés creado a la fuerza, junto con el Banco Mundial, para beneficio de los grandes países industriales y principalmente Estados Unidos. No funciona desde que el maestro David Ibarra comenzó a imponerlo en tiempos del último presidente de la revolución, José López Portillo. Y si no me dejará mentir el Ángel de la Dependencia, lujuriosamente avecindado en la ciudad luz.
Y no me crean: pero lo que está jodiendo más las cosas es esa caprichosa reforma hacendaria y fiscal, que el Congreso avaló. Si no, que se lo digan los capitanes de la Coparmex, del Consejo Coordinador Empresarial, etc.
Es hora de que don Enrique dé un golpe de timón y designe a un verdadero economista como rector de la maltrecha economía. Ni Videgaray ni sus niños han demostrado conocimientos para mover a México como lo quiere el presidente Peña Nieto.
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What? ¿Qué Peña Nieto quiere mover al país? Si apenas sabe que vive en una casota en Los Pinos.