Hablando en plata, don Enrique Peña Nieto, si de lo que se trata su sexenio es que México se entronice en el modelo del capitalismo industrial, capitaneado por políticos-empresarios del Grupo de Zacazonapan, sazonados en la Ibero, en el ITAM, nietos de los grandes entreguistas del juguetito, como Paco Gil y Pedro Aspe, la solución no es confiarle todo el mando de la nave a Luis Videgaray.
Videgaray no tiene los conocimientos, la experiencia, los modos, ni la sangre ligera que se requiere para hacer la gran alianza político-empresarial de cualquier Estado estable que aspire a despegar con un mínimo de decoro hacia sus clases sociales, tan desiguales y tan enfrentadas.
Si el camino está escogido, falta definir al líder y al equipo, pues no se ve ni uno ni los otros.
Se han cometido muchas torpezas en muy poco tiempo.
En año y medio Videgaray mató las finanzas públicas, la confianza nacional e internacional y sepultó al sexenio de Peña Nieto.
No hay ya para dónde hacerse.
El 80% del presupuesto programado para este año está en las cajas fuertes y cuentas bancarias de CFE, SCT y Pemex, “¡por falta de reforma energética!” Esto no es posible. “Ahorrar” recursos cuando hay tantas carencias es un error. Lo sabe hasta un niño de primaria y más cualquier ama de casa.
La cacería fiscal, antes de soltar el dinero. La soberbia hacendaria en decretar el crecimiento sin resortes. La destrucción de las carteras vivienderas. La necedad en aislar al señor Peña a través de Aurelio Nuño y manejar la Presidencia no sólo desde SHCP, sino desde los jardines de Los Pinos. La falta de tacto con los inversionistas nacionales, que el mismo Peña Nieto ha dicho son los que crean el empleo. La tiranía ejercida sobre el sumiso gabinete, sabiéndose valido de EPN.
No sé si lo sepa el Presidente. O lo sabe y por eso programa giras internacionales sin ton ni son, para esconder la cabeza de la terca realidad. Pero si lo sabe, no actuar a tiempo, se llama necedad y, en una de esas, hasta traición a la patria.
¿O usted que lee estas líneas qué piensa de esta catástrofe?
¿Y qué pensará Peña Nieto?
CHICAGO BOYS, CRECIDITOS
Pocos saben en México una historia verdaderamente escalofriante, protagonizada por Paco Gil Díaz.
Su gran maestro en la Universidad de Chicago fue el econometrista Arnold C. Harberger, padre del neoliberalismo en el continente americano.
Maestro de los Chicago Boys del pinochetismo, en su discurso del 4 de noviembre de 1999, Harberger dijo: “Francisco Gil Díaz es uno de los grandes héroes económicos de América Latina, junto con Domingo Cavallo”. Dos años después éste colapsó la economía argentina y produjo el nefasto “corralito”.
El enlace directo entre el ITAM y la Escuela de Chicago siempre ha sido Gil Díaz, pues él fue el director del programa de la licenciatura en economía del ITAM.
El inefable Mario di Constanzo ha dicho de Gil que es el “Milton Friedman mexicano”.
A confesión de parte, relevo de pruebas.
¿Así o más claro?
OUT OF THE BLUE
La muerte de “El Azul” Esparragoza –reportada por la publicación sinaloense Río Doce— es el final de una época, de una leyenda del narco.
Con él desaparecen muchas líneas de investigación, demasiadas oportunidades que se dejaron pasar para llegar al fondo de algunos secretos de Estado que hubieran acabado con muchas carreras políticas hoy florecientes… e impunes.
Le cayó de perlas a muchos que siguen vivitos y coleando, a todo trapo.
¿Quién dio la orden para que escapara Caro Quintero del aeropuerto de Guadalajara? ¿Quién para que lo hiciera “El Chapo”? ¿Quién para abrir en la secretaría de Gobernación de Miguel de la Madrid decenas de autorizaciones a nuevos carteles, que hicieron inmanejable el problema? ¿Quién ordenó la ejecución de Colosio? ¿Quién ordenó a Zorrilla la ejecución de Buendía? ¿Quién desorganizo al crimen organizado?
¿Por qué la única ocasión en la que “El Azul” estuvo en el reclusorio salió en un suspiro? ¿Por qué no se utilizó su enorme influencia para erradicar algunos carteles menores que hoy han crecido en todos los frentes de negocios?
¿Quién?
Una pista: hoy es senador de la República.
Índice Flamígero: Propone el colega Héctor Moctezuma –y yo lo secundo, por supuesto– que un comando Boko Haram venga a México y secuestre a todos los itamitas. Le harían un gran servicio a la República, ¿no cree usted?
Gobierno “Enfermo y en estado crítico” en fase terminal diría yo.