• Millones de contribuyentes afectados por la compu
• Hasta un puesto de verduras tiene que dar factura
Senadores del PAN, PRD, PT y MC están dando una batalla que se antoja perdida. Aunque la esperanza es lo que se pierde al último. Una batalla para que las autoridades federales, ejecutivo y legislativo, reflexionen y vean el desmadre que causaron con los nuevos abusos y costumbres para recaudar impuestos.
Los senadores Martín Orozco Sandoval, del PAN; Dolores Padierna, del PRD; Manuel Bartlett Díaz, del PT, y Layda Sansores, de MC, han estado presentando una serie de llamados “puntos de acuerdo” para que la Cámara de Diputados dé marcha atrás al nuevo régimen de integración fiscal.
Concretamente, los senadores están presentando un punto de acuerdo para la sesión de este miércoles de la Comisión Permanente, en el que piden que, mientras no se resuelva una serie de amparos interpuestos, no se impongan las sanciones con las que las autoridades fiscales tienen amenazados a los pequeños contribuyentes.
Y es que, como lo dijo la senadora campechana, la reforma fiscal como quedó aprobada es verdaderamente lamentable; ha agredido a los más vulnerables. Para empezar, hay alrededor de 9 millones de personas que estaban en el Régimen de Pequeños Contribuyentes (Repecos), que enfrentan serios problemas para declarar y pagar sus impuestos. Muchos, muchísimos, han tenido que quebrar.
De acuerdo con algunas fuentes oficiales, concretamente el mismo SAT (Sistema de Administración Tributaria), hay cerca de 4 millones de repecos (cifra conservadora) y 15 millones de informales que el fisco no ha podido, ni podrá, meter a la formalidad, porque el sistema de declaración de impuestos es un galimatías que ni el propio Luis Videgaray, secretario de Hacienda, podría descifrar personalmente, si es que tuviera que presentar una declaración fiscal.
Los senadores mencionados dieron este martes una conferencia de prensa en el Senado, en la cual el vicepresidente de la Central de Abastos del Distrito Federal, Juan Carlos Pérez, ofreció datos algunos datos duros:
Los pequeños contribuyentes generan alrededor de 7 millones de empleos directos tan sólo en la Central de Abastos.
El 70 por ciento de la producción que manejan los comerciantes de esa central es nacional. O sea, el consumo nacional es en centrales de abasto y canales tradicionales, lo que son los mercados públicos, los tianguis.
Y alrededor del 95 por ciento de los abastecedores son Pymes (Pequeñas y Medianas Empresas) Y hay mucha gente que no puede ni prender una computadora, no tiene acceso. ¿Cree Usted que en un puesto de verduras o de frutas en cualquier mercado puede haber un equipo de cómputo para dar facturas a las amas de casa que van de compras para dar de comer a su familia?
La verdad es que los que protestan tienen toda la razón. El nuevo sistema impositivo es una monserga que ni el mismito secretario de hacienda podría descifrar si tuviera un puesto en un mercado y, como “el señor de la casa”, tuviera que lidiar con las compras del día o de la semana. Es dramático. Dice Sansores San Román que ella recorre las calles y termina deprimida al ver cómo las tiendas ahora venden la mitad de lo que vendían hace unos meses, y tienen que pagar cinco o seis veces más de impuestos, pero además los comerciantres no saben ni cómo hacerlo.
La verdad es que don Luis debería salir a la calle a hablar con los comerciantes de los mercados, de los tianguis, de las centrales de abasto.
A propósito, se ha conformado ya una coordinadora nacional en la que participan transportistas, pequeños contribuyentes, recicladores, líderes de mercados, entre otros, que se sienten lastimados y que se han acercado al Senado para que los senadores ayuden a hacer una revisión completa de la reforma hacendaria, en materia de impuestos. Simultáneamente le solicitan al presidente de la república para que dé orden de que se detenga la ley injusta.
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