• ¿De veras están convencidos de que es lo mejor?
• Espero que no se hayan aventado como el Borras
Edmund Brown no es un delirante y oportunista político de izquierda mexicano. Ni es Chucho, ni lopezobradorista. Es simplemente el gobernador del estado de California y California, si fuera una nación independiente, ocuparía un sitio entre el séptimo y décimo lugar de la lista de las economías del mundo, muy por encima de México. Así que la advertencia del político estadounidense es muy digna de que el gobierno de Enrique Peña Nieto, con sus adláteres – las cámaras del Congreso – la tome en cuenta, la valore, y si no decide hacerle caso, que se atenga a las consecuencias.
El californiano acaba de superar, con más conocimiento de causa, las críticas que la oposición le hace al gobierno priísta, que con el apoyo del PAN, decidió ya poner en bandeja de plata su empresa insignia, la llamada Empresa de México, Petróleos Mexicanos, en oferta para que los inversionistas extranjeros retomen su lugar en el plan de negocios de la petrolera y, de paso, en la Comisión Federal de Electricidad.
En la víspera, escuchó sorprendido a la senadora Gabriela Cuevas decir que la reforma energética puede proyectar a la economía mexicana entre las diez primeras del mundo. Y, preocupado, le recomendó a Peña Nieto “mano dura” para regular a las empresas petroleras y eléctricas que vendrán a invertir a México.
Si no lo hacen las autoridades mexicanas, las petroleras “se los van a comer vivos”, advirtió Brown. Como Rafael Cardona, igual yo le agradezco a Mister Brown su advertencia. Pero, ¿se la agradecerá el presidente de la república? ¿Se la agradecerán los senadores y diputados que se están desgastando físicamente en su afán de decirle al mundo: miren, somos la economía más abierta del mundo; vengan, hagamos negocio juntos con el petróleo, el gas y la electricidad?
Fue una declaración muy breve, la del mandatario californiano. Pero pasó inadvertida. Fue una bomba que, me temo, ni Peña Nieto, ni Manlio Fabio Beltrones, y menos los jovencitos diputados (los viejitos se hacen de la vista gorda. Como aconsejaba don Fidel Velázquez, ni se mueven, porque si lo hacen no salen en la foto) han ni siquiera leído, y si la leyeron les importó un comino.
“Se los van a comer vivos”, si no ponen mano dura ante los inversionistas, México retrocederá unos 75 años, hasta antes de que al general Cárdenas del Río decidiera expropiarles el subsuelo a las petroleras y sentar las bases para la creación de Petróleos Mexicanos. Nadie en su sano juicio puede afirmar que el petróleo mexicano en manos de los extranjeros de aquella época servía para mover a México, para que la economía mexicana fuera competitiva internacionalmente. Los únicos competitivos y ganadores eran los extranjeros, que sembraron el campo mexicano de pobreza y miseria.
Pero ¿de veras se lo creerán los políticos priístas y panistas? ¿De veras estarán convencidos de que abrir las puertas de los pozos petroleros y la plantas generadoras de electricidad es lo que tienen que hacer para mover a México y hacer a su economía más competitiva?
Eso lo vienen repitiendo desde que se inició el “debate” en el Senado y en la Cámara de Diputados los legisladores priístas y panistas. Los únicos que parecen unos desadaptados son algunos izquierdistas incrédulos, como el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas. Porque ya muy pocos le creen a los del PRD y manos a López Obrador, quien se ha quedado callado durante todo este proceso. (¿A cambio del registro ante el INE de su partido Morena?)
Y los priístas y panistas, al mando del sonorense (resultó buen cocinero don Manlio Fabio. El tamal le salió a la perfección) no se cansan de repetir el mismito discurso cada vez que pasan a tribuna. Alguien dijo que de tanto repetir una mentira, ésta se convierte en verdad. Tratan de convencer quién sabe a quién. Me temo que a ellos mismos porque, en honor a la verdad, no están seguros de que la apertura energética sea lo mejor para México.
Bien lo dijo en su columna el colega Cardona: Algunos iletrados se han sorprendido por las palabras del gobernador de California, el señor Edmund Brown, quien ha sugerido a los mexicanos una severa legislación de mano dura para las inminentes inversiones petroleras, so pena de ver cómo las “hermanas” se almuerzan crudo al país. Advertencia inútil, si revisamos la historia dejamos de lado la histeria.
Inútil porque caerán en tierra seca, en corazón duro.
Creo que Brown sabe de lo que está hablando. Si habla de tal manera es porque, como dicen mis paisanos, es porque tiene los pelos de la mula en las manos. Ojo, don Enrique; cuidado, don Manlio Fabio. No se duerman, porque se los van a comer crudos los lagartones de Wall Street, por lo menos. Para no hablar de los chinos o los europeos.
Los mexicanos de los cuales unos 70 millones se debaten entre la pobreza y la ansiedad se merecen mejores oportunidades. A los inversionistas extranjeros lo único que les importa es que sus capitales se muevan. Que les va a andar importando mover a México. Sus capitales son apátridas.
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Andrés Manuel , no solo no se ha quedado callado sino que sigue combatiendo esta fechoría de Peña Nieto junto con el PRI y el Pan en las cámaras; tal contra reforma la vamos a impugnar el año próximo y seguimos luchando incansablemente en contra; o qué , ¿ no está informado señor escritor? No se puede escribir así a,a la ligera, hablando de un luchador social de hace más de 35 años como es López Obrador,. Lo menos que podía hacer es rectificar don Francisco. Cristina Madrazo de Xalapa ,Veracruz..