• Segundo Informe de EPN
• La economía aún no marcha
Llega el día del segundo informe de gobierno y el presidente manda la tarde de este lunes su reporte anual a la Cámara de Diputados, entre las aguas de una realidad contumaz, un hueso difícil de roer porque la economía aún está en la lona y la esperanza de que todo cambie es cifrada en las reformas estructurales, especialmente la reforma energética, que se supone inyectará grandes volúmenes de liquidez financiera a Pemex y la CFE para cambiar esta historia de infortunios.
Y no todo es miel sobre hojuelas ni para el presidente Peña Nieto ni menos para los mexicanos. Lo que está salvando la situación son las exportaciones de automotores, particularmente al mercado estadounidense, pero la golondrina de la industria automotriz aún no hace verano. La demanda interna de vehículos y de otras manufacturas sigue tan deprimida como el ánimo de un individuo bipolar.
Lo han reconocido los propios industriales agremiados en la Concamín (Confederación de Cámaras Industriales). Esto aún no se cuece, está todavía muy verde. Hay algunos indicadores industriales que pareciera que como que quieren sacar la cabeza, pero no acaban de cuajar porque no hay demanda interna, porque no hay dinero ni en el banco ni menos en la cartera.
Y así, la economía no crecerá ni siquiera en el 2.7 por ciento que pronostican los economistas del Instituto Nacional de Geografía y Estadística y de la Secretaría de Hacienda. Para que pudiéramos cantar el himno nacional, la economía tendría ya que haber remontado sus desventajas y estar creciendo al 6 por ciento cuando menos para responder y satisfacer la demanda de puestos de trabajo, pero sobre todo la calidad de los empleos y la justeza de los salarios.
Lo reconoce el propio gobernador del Banco de México (Banxico), Agustín Carstens, quien advirtió el viernes que la economía mexicana podría crecer cerca de 5% sólo al final de la administración del presidente Enrique Peña Nieto, en 2018, y eso si las reformas empiezan a tener efectos, pero necesita bajar la dependencia que la economía tiene del exterior.
Peña Nieto logró recientemente la aprobación de reformas profundas en energía y telecomunicaciones, entre otras, que espera impulsen a la segunda economía latinoamericana en los años siguientes. Sin embargo, actualmente la economía es muy dependiente del crecimiento económico del exterior, especialmente de Estados Unidos, lo que no está siendo suficiente para impulsarla.
“El crecimiento mundial no está siendo lo suficientemente alentador para que países como México podamos depender exclusivamente del jalón que nos pueda dar la economía mundial”, dijo claramente Carstens, en una conferencia magistral sobre Retos y perspectivas de la economía mexicana.
A pesar del entusiasmo que generaron las reformas en los mercados, en 2013, primer año del gobierno de Peña, la economía se expandió apenas 1.1% y este año la meta oficial es que crezca un 2.7%, aunque analistas lo ven demasiado optimista.
Todos en la administración peñanietista le apuestan a la reforma energética para lograr un buen repunte de la productividad y la competitividad del aparato productivo, pero el éxito de las reformas sólo depende del humor de los eventuales inversionistas sobre todo del exterior.
Carstens fue claro: “Una vez que las reformas estructurales empiecen a implementarse eso nos va a dar el empuje para llegar al 5%”
Mientras tanto, el panorama es sólo de retos. Y los retos son específicamente para el equipo económico del presidente Peña Nieto Los empresarios sólo pueden aportar su capital y los trabajadores, su fuerza de trabajo, pero si no hay incentivos, pues no pasaremos de la mediocridad en la que la economía mexicana se ha movido durante los dos primeros años de la actual administración.
Bienvenido el informe del presidenta Seguramente hay mucho material, muchas cifras, que habrá que analizar. Pero el meollo de la cuestión son los buenos resultados.
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