Por una semana, esperamos muchos mexicanos a que el presidente de la República, Enrique Peña Nieto bajara del avión luego de su gira por China y Australia para empezar a ver las artes y las estrategias de gobierno que pusieran orden al desconcierto nacional que se desató luego de la primera semana de las muertes y desapariciones de estudiantes en Ayotzinapa, enclavado en Iguala, Guerrero.
Mientras tanto, una investigación periodística de Carmen Aristegui alertó de posibles incongruencias presupuestales de la familia Peña-Rivera por el uso –y parece ahora que el usufructo según lo detallado por la propia Angélica Rivera–, de una residencia en Las Lomas de Chapultepec por un valor aproximado de 87 millones de pesos y esto al parecer, preocupó y ocupó más a la Presidencia, que las acciones en pro de la seguridad y la concordia nacional.
Aunque en estricto sentido, Ayotzinapa y la llamada “casa blanca” no tienen conexión lógica argumentativa, para Enrique Peña Nieto sí. De tal suerte que el martes de esta semana, el mandatario mexicano advirtió que hay quienes quieren desestabilizar al país con actos violentos y de ahí pasó al tema de la casa de Las Lomas acusando que sobre su familia se vertían infundidos e imprecisiones. Fue más que notorio el enojo del presidente, pero más por lo que se ha dicho sobre el inmueble en particular, que por los actos violentos de unos cuantos con la bandera de los desaparecidos de Ayotzinapa.
Pero si Peña Nieto se siente agraviado –junto con esposa y familia. ¿Se imaginarán ellos el agravio de la sociedad mexicana? Todo indica que no.
Sin embargo los mexicanos estamos hasta el tope de gobernantes además de indolentes, insensibles. Porque de ellos, hay muchos.
El agravio del presidente, es mínimo respecto al del pueblo de México y mal se vio la casa presidencial al salir este martes prácticamente a regañarnos con gesto e inflexiones de enojo imperial y convocar al trabajo por el desarrollo nacional.
Es para recetarles al presidente de México, a su señora esposa y a toda la corte de “asesores”, la propia máxima peñista: “No se puede pedir justicia con violencia”.
Acta Divina… El presidente Enrique Peña Nieto anunció que, “en el ánimo de realmente ganar la confianza de la sociedad”, ha decidido hacer pública la “totalidad” de su declaración patrimonial y dejarla al “escrutinio de la sociedad mexicana” porque “aprecio y valoro más la confianza de los mexicanos que el derecho a la confidencialidad…
Para advertir… No hay estrategia. Todo es revés, derecho, revés…
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Claudia y cuantas casas dejara escondidas o no reportadas, si mintio la primera vez puede mentir mas veces. Al presidente parece que lo asesora el espiritu de diaz ordaz y a la mejor rememoran la noche de Tlatelolco.
Cuan celebre se volvio aquella frase: tu le crees a Madrazo?…es una pena q la soc mex a base de idems, NO LES CREEMOS. Quedense con el mausoleo, no puede recuperar lo q nunca han tenido.