Quién diría que para Marcelo Ebrard, el camino a la Presidencia de la República se le habría de complicar tanto, cuando en un determinado momento de su carrera política se veía como un verdadero contrincante y de peso rumbo a la silla presidencial.
Ebrard como jefe de Gobierno del Distrito Federal con afiliación perredista, llegó a recibir premios del extranjero como el mejor alcalde del planeta y su trayectoria política mostraba al menos en apariencia, buen desempeño ante el electorado nacional.
Pero la debacle del ex jefe de Gobierno de la Ciudad de México se empezó a dibujar, una vez que él mismo acepto al interior de su partido político, no entrar en controversia si en la elección interna del Partido de la Revolución Democrática (PRD), al elegir candidato a la presidencia para el 2012, perdía ante Andrés Manuel López Obrador.
Desde entonces, Ebrard se empezó a desvanecer. Ya no era hombre fuerte de la izquierda nacional, capaz de hacer contrapeso político no sólo a López Obrador, sino incluso a los propios candidatos del priismo y el panismo. Muchos –sobre todo el propio Ebrard–, lo veían ya despachando desde el propio Palacio Nacional y residiendo en Los Pinos.
Más una vez que Marcelo quedó sin cargo ni opción política, igual se desdibujó el grupo fuerte que le apoyaba. Dicen por ahí que hasta la cartera de amigos se le redujo considerablemente.
Y si el aún perredista en cuestión, pensó como el mismo lo dijo a principios del 2014 que sería cosa de cortar e hilvanar, el posicionarse de nuevo hacia un espacio de la política nacional e incluso continuar con sus aspiraciones al Gobierno federal, las cosas se le complicaron más de lo que él hubiera pensado.
Resulta que precisamente el año que antecedió, a Ebrard le salió un gran “muerto del clóset” llamado Línea Dorada del Metro. Es más que sabido que aquella macro obra de infraestructura de transporte público, estuvo adosada de colusiones, actos corruptos, pero sobre todo, de una pésima construcción que incluso llegó a poner en riesgo la vida de miles de usuarios del Metro en la Línea 12 del Sistema Colectivo Metro, al oriente de la ciudad.
El hecho es que Marcelo Ebrard, el mismo que se siente altamente maltratado por la administración local de Miguel Ángel Mancera, ahora aspira a una diputación perredista y es en primera instancia el grupo de Los 400 pueblos, quienes desde la semana anterior han tomado la avenida Reforma frente a las instalaciones del Senado para advertir que alguien en definitiva, no quiere que Ebrard logre su más cercano cometido político.
Acta Divina…Marcelo Ebrard, ex jefe de Gobierno del Distrito Federal señala que desde febrero del 2014 no se ha entrevistado de ninguna manera con el actual jefe de Gobierno de la misma demarcación; Miguel Ángel Mancera.
Para advertir…¿Si Los 400 pueblos es una agrupación independiente, cuál es su objetivo real por oponerse a muy diversas causas políticas?
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Claudia y como alumnos deben ser pena nieto y videgaray como los mejores estadistas y reformadores del planeta, claro que los titulos son marca patito de los que se compran al por mayor.
saludos