La furia popular contra todo el “gobierno” de Atracomulco está imparable, incontenible. Y eso que la cuesta anual lleva apenas 15 días. ¿Qué pasará, entonces, si los toluquitas siguen con la necedad de creer que no se han equivocado?
Como siempre, lo que piensa el pueblo es irrefutable. El gobierno de La Pandilla de nefastos está reprobado, de cabo a rabo. Pero, por lo visto, el escribidor y sus lectores no somos los únicos encabronados. Hay también badulaques ilustres montados en cólera de ocasión.
En el catálogo de los berrinches que se están presentando en el nuevo año, puede ser que el que tenga mayor justificación sea el de los “verde olivo”, por la inopinada exculpación que les propinó Jesús Murillo Karam en pleno rostro.
A ocho columnas, convenientemente di$tribuida$ en rotativos de diversas regiones del país se lee el cabezal salvífico: “El Ejército no tiene la culpa, dice la PGR”. Obviamente, se refiere al intento de limpiar de polvo y paja al instituto armado sobre los sucesos de Guerrero.
Como es sabido, los altos mandos decidieron –¿o les ordenaron?– que los cuarteles se abrieran de par en par a los reclamantes de la CETEG para que pasaran a observar “de bulto” que no se tiene a ningún rehén detenido en dichas instalaciones.
Y con su olfato político, el Fiscal Murillo creyó llegado el momento para que el “sagaz” equipo de prensa de la PGR se colgara de la decisión y se aprovechara para cubrirlo de gloria, aliviando de paso la dura prueba a la que habían sido sometidos los militares.
Hasta ahí está bien. El Ejército demostrará, sin duda, que no tiene a ningún estudiante normalista detenido. Pero de eso a merecer que el desprestigio logrado a riñón por la PGR en esta investigación, alcance a salpicar de dudas a la Institución castrense, hay un largo trecho.
Sobre todo, porque la averiguación que se vendrá es más delicada, y ¡no está la Magdalena para tafetanes!
Hay una petición pendiente de solventar en el IFAI sobre las cantidades de gas consumidas por estufas, calentadores y hornos en las instalaciones militares de Iguala, en el período que comprende finales de septiembre y principios de octubre del 2014.
Allí sí se requerirá el descargo y la exoneración de los brillantes peritos y científicos de la PGR. A ver si es cierto. Lo mismo, para aclarar las serias dudas de estudiosos de la UNAM y la UAM que desacreditan los enunciados del Fiscal de que las cremaciones se hayan hecho a campo y cielo abierto en Cocula.
¿Batallas de papel en la casa del horror?
¡Las batallas no se ganan con cañonazos de ocho columnas!
Gurría, ¿de Gorra?
Entiendo, también, el justificado enojo que han expresado los especuladores y teóricos de cuño corriente contra El Ángel de la Dependencia, por esa voraz predicción sobre el crecimiento a 3.9% de la economía para el 2015 y todos los imponderables que de esa lanzada se derivan.
El arrojo de José Ángel Gurria obedece más al que podría presumir el titular de la SHCP o sus paniaguados Aportela y Messmacher, que a un dignatario de la OCDE que se pasea del brazo y por la calle con Angela Merkel en una manifestación en París.
¿A qué se debe la obsecuencia de Gurria, hoy convertido, dice que motu proprio, en supervisor de licitaciones de la SCT en el tren bala a Querétaro –¿y el de Toluca? ¿por qué ese no?–, Chicoasén, el súper aeropuerto, el mega acueducto de Monterrey y lo que se le acumule? ¿Cuánto va a costar esa “honorífica” comisión a nuestros bolsillos, sólo para lavarle la cara al tal Juan Armando Hinojosa y a su Grupo Higa? ¿O la OCDE va a arbitrar de “a grapa”?
Por lo pronto, los especuladores monetarios están que trinan de coraje, porque cada día que pasa, El Ángel de la Dependencia les come más trapo, cada día se lanza más a la alfombra, avanza inexorablemente en territorios reservados a su coleto, antes prohibidos para un fruncionario internacional.
Marchita, Margarita
Todo mundo anda enojado. ¡Hasta la hija de El Licenciado Traguitos (remoquete aplicado por sus compañeros de chamba, en el Tribunal Superior de Justicia del DF, a Diego Zavala Pérez, suegro de Calderón, “un abogado sin biblioteca y sin bibliografía”, por su angustia cotidiana para abandonar la oficina a la una de la tarde en punto, con el fin de saciar la sed en la taberna de la esquina)!
La Mujer del Rebozo, que no tiene llenadera, en su afán por lograr la plurinominal del PAN a San Lázaro dejó el pellejo en el camino. Se expuso demasiado y logró que emergieran todos los infames recuerdos que tiene el pueblo sobre su paso reciente por Los Pinos.
Era pública y notoria la influencia que ejercían la esposa y el suegro sobre Felipe Calderón. Desde que los tres –¡qué bonita familia!– fueron diputados federales en la LV Legislatura. Era obvio que Calderón no daba un paso sin que sufriera su acoso, jaloneos y hasta reclamos.
Ya como Presidente, la cosa no fue diferente. En los sucesos mortales de la guardería de Hermosillo, donde la familia de la suegra de la entonces Primera Dama, Gómez del Campo, se sirvió con la cuchara grande de las concesiones del IMSS, jugó un papel estelar y bochornoso y enlutó cientos de hogares sonorenses.
En casi todas las decisiones presidenciales, estaba La Mujer del Rebozo. El Ejército a la lucha fratricida de las calles, la desaparición de los excedentes petroleros de altos precios, cien mil muertos y 20 mil desaparecidos, cierre de la fuente de empleo de miles de trabajadores en Luz y Fuerza, en Mexicana de Aviación y un sinfín de triquiñuelas en las que destacaba el nombramiento de oficiale$ mayore$ de las dependencias federales; ella los ponía.
¡Y ahora resulta que la señora se queja de que no va a ser candidata a diputada plurinominal, porque la anuló el juego de intereses que existen en el PAN! ¡Se queja de que ahí la traten cómo ella los trató! La burladora, burlada. ¿A quién cree que engaña con su gazmoñería? ¿A quienes ahora quiere que voten para que sea dirigente del azul? ¡Pamplinas!
Las Garritas de El Jaguar
Por el lado del amarillo, el autonombrado Jaguar de la Costa Chica, ese muchachito Ríos Pitter anda envalentonado engañando a todos con una falsa popularidad en su Estado. Todos sabemos que se inició como favorito de Zeferino Torreblanca, quien lo protegió de todas sus derrotas en las urnas.
Después, cuando Zeferino ya no le funcionó, se dedicó a “trabajar” a su modo, la protección de La Beba Ebrard, quien se rindió ante su sonrisa. Igual pasó cuando Ebrard tomó el camino del panteón político con un nuevo valedor, Miguel Ángel Mancera. Al grado de que provocó un pleito entre ellos y La Beba acabó apoyando al macabro Sofío Ramírez, el candidato de “El Gordo” Aguirre.
El curriculum del supuesto Jaguar está hecho a base de chantajes, juegos de pasiones y sentimientos de sus favorecedores. Ahora, el imberbe arguye que tiene el padrinazgo de Videgaray. ¿Será posible que el Virrey intervenga para hacerlo candidato del tricolor?
Si ya empinó a Jesús Ortega, en un acto de deslealtad partidista sin paralelo –igual al de la señora de Calderón–, acusándolo públicamente de que condicionó su postulación a beberle previamente los alientos a Aguirre, ¿qué les espera a los ingenuos Atracomulcas? ¿Necesitarán más inyecciones de turbulentas emociones?
¿Gazapo de la CNDH?
Enojado también el honesto, honesto Ricardo Monreal. Y es que la Junta de Coordinación de la Cámara Baja, violando todas las leyes, sólo reconoció a la fracción de Morena, ¡sin haberlo llenado de billetes!
Enojados El Papá y La Mamá de la Patria, Alejandro Martí y la Wallace, porque hay quienes se empeñan en liberar a la secuestradora Néstora Salgado.
Enojado, el Virrey de Michoacán, porque los diputados se empinaron, pero no lo suficiente, para dejar en claro que las dichosas comparecencias de “responsables” en San Lázaro son más falsas que los títeres de Rosete Aranda.
En su enojo de principios de año, la inefable CNDH, para encabronar un poquito más a los militares, reclasifica el caso Tlatlaya, poniendo en primer lugar el delito de “privación arbitraria de la vida”, por parte de los “verdes”.
¿Puede haber una privación no arbitraria de la vida? Es pregunta a los doctos abogados de esa carísima Comisión. Encabrona que ganen tanto y no sepan distinguir entre un delito y un gazapo. Por eso, ¡todos andamos emputados!
El deporte político de “agarrar pendejos” era privativo de Veracruz. Por lo visto, el ejemplo se extendió. Ya todo mundo se encabrona teatralmente, para poder agarrar a sus pendejos.
El encabronamiento legítimo es el que ronda las calles, entre los ciudadanos comunes y corrientes, los que sufren de primera mano la horrorosa crisis de la economía mexicana, provocada por la ignorancia de una punta de pendejos indeseables, no entre badulaques afectados, que sólo lo hacen para presumir en la pose y conseguir prebendas!
Todos enojados. Más que eso: encabronados. ¿Usted no?
Índice Flamígero: Ante la falta de un verdadero operador político de La Pandilla Atracomulca en Bucareli que verdaderamente sea secretario de Gobernación o, mínimo, que lo parezca, Enrique Peña Nieto se la rifa solo en eso de “bajarle los calzones a los generales”, como me dice un corresponsal de origen militar, “para que muestren que en los cuarteles no están los alumnos desaparecidos en Iguala, y que no existen los hornos crematorios ultramodernos que algunos científicos dicen que hay en las instalaciones castrenses”. Y que “como siempre que la cagan los políticos”, quienes sacan las castañas del fuego son los miembros del Ejército. Enojados, pues, como todos, hasta el encabrona…
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Don Paco lo mas seguro es que les mostraran y dejaran ver los lugares que tienen bien barriditos y sin polvo pero, revisar revisar se me hace dificil. Aunque mas que buscarlos en los cuarteles como usted lo dice que revisen los consumos de gas y se revise con gente que sabe si realmente no tienen hornos crematorios cuando se dice que si los hay.
saludos
Don Paco los calderon se llevaron el morral lleno de dinero y todavia quiere vivir la señito de gratis bajo el presupuesto, no tienen llenadera estos politicos y no solo los del pan eh.