Cuántas voces se alzaron en contra de la reforma energética impulsada por el presidente Enrique Peña Nieto y ahora que Petróleos Mexicanos (Pemex) se ve en una encrucijada financiera debido entre otras cosas al desplome del valor del crudo, nadie advierte que la tan defendida industria del petróleo nacional, está en verdadero riesgo de ponerse a la venta. Puesta la mesa para quien quiera y pueda entrar al rescate de la petrolera mexicana.
De entrada y sin tapujos, los altos directivos de Pemex advirtieron que se estiman ahorros para los años venideros aplicados en diversos tipos de contratos tanto de bienes, de servicios, de arrendamiento y hasta de obra pública. Es decir, Petróleos Mexicanos no tiene dinero para sus operaciones futuras.
Se habla incluso de que habrá despidos masivos de trabajadores conocidos en el argot profesional como petroleros.
Si lo que se dice es real, que Pemex pasa por verdaderos apuros económicos, el escenario del traspaso de la empresa que prometió Peña Nieto no privatizar, está más cerca que nunca.
Esto implicaría un pésimo negocio para los mexicanos y una gran inversión para quienes “rescataran” a la industria petrolera nacional.
No debe ser nada despreciable que con todo y que Pemex esté pasando apuros económicos se pueda aprovechar toda la infraestructura que ha ido construyendo a lo largo de más de siete décadas. Ni tampoco es de soslayar que sigue siendo una de las contadas empresas petroleras en todo el mundo en la que se desarrolla toda la cadena productiva de la industria; desde la exploración hasta la distribución y la comercialización de productos finales.
Así que mientras estemos entretenidos con los dimes y diretes sobre este año electoral o electorero, sacándole los trapitos sucios a los precandidatos y más tarde a los candidatos a un puesto de elección popular, o en los enroques del sector público; no nos asustemos si de pronto nos anuncian que Pemex no puede competir con otras empresas petroleras que pronto se asentarán en el país –con su respectivo daño ecológico–, y que más que el mayor inversor fiscal pueda convertirse en un lastre económico para el presupuesto nacional.
¿Qué pasará cuando en el 2017 se pueda comprar combustible en estaciones que no sean de Pemex? El pez grande se come al chico.
Acta Divina…El presidente Enrique Peña Nieto afirma que Pemex ni se privatiza, ni se vende; sólo se transforma y moderniza.
Para advertir… ¿Si para los fines que a alguien convenga se simula la debacle económica de Pemex?
Señora: No tiene ni idea de lo que escribe, con todo respeto, ni idea. No sabe de la rentabilidad de una petrolera y menos de una como Pemex, mezcla pedazos de todos lados y sin ningún rigor los avienta a su columna. El día que guste le explicó la diferencia entre mercado petrolero, volátil desde hace 200 años, y Pemex. Supongo que usted leyó y reporteó de la reforma energética, el día que guste le explicó también cómo se hacen ambos procesos. El tema son finanzas públicas, no rentabilidad de Pemex; la crisis es de ingresos del gobierno, no viabilidad del operador petrolero; es un asunto de costos y de precios, de contratos, rentabilidad, utilidad, impuestos. No de rescates (¿Rescatar de qué?), en serio, sea más seria, sobre todo si partimos del hecho innegable de que no sabe de lo que está hablando: Una crisis petrolera global, con temas geopolíticos incrustados más el desenvolvimiento económico mundial. Ni sabe de que le hablo. Hable de política que de eso, a la mejor, sabe más.
Luis Carriles. Le agradezco primero el que se hubiera detenido un momento a leer mi trabajo. Mismo que como usted bien a hecho, es de escrutinio público.
Con gusto me encantaría darme el tiempo para que un conocedor me expliqué a fondo sobre Pemex y el mercado petrolero.
Quedo a sus órdenes. Bonito día.
Espero que de su reunión con el Sr. Carriles salga un nuevo artículo que nos ilustre a todos. Sin embargo, y en descargo, considero que el tema de la rentabilidad está más que mocho ante cualquier análisis ya que la manipulación que el gobierno en turno siempre ha hecho de la riqueza petrolera nada tiene que ver con la intención de privatización de toda la industria a la que siempre le han querido echar el guante y que ya lo han conseguido en gran parte. Respecto de las gasolineras, tengo la certeza de que la privatización a la mexicana (robo de gasolinas y demás) es ya un obstáculo para los extranjeros.