Es penoso que la credibilidad del presidente Enrique Peña Nieto mucho antes de cumplir tres años de gobierno, haya caído de manera estrepitosa.
Lo anterior no es sólo percepción. Existen resultados concretos de casas encuestadoras que afirman que apenas uno de cada 10 mexicanos le creen al actual presidente de México.
Claro que la marca Enrique Peña Nieto y su confiabilidad se extiende a todos sus otros subproductos: Funcionarios, gobernantes y legisladores priistas.
Si en este momento las elecciones de julio de 2015 se celebraran, pocos mexicanos elegirían a algún candidato con el respaldo del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Claro, no se trata de reinventarse para ofrecerse como opción al electorado, sino de aclarar los cuestionamientos de ineficacia y corrupción que les rodea a priistas de alto y bajo perfil, y en paralelo, presentar resultados eficaces que mejoren el nivel de vida del grueso de la sociedad mexicana. .
Tal vez la tardía respuesta de Peña Nieto ante los sucesos de Ayotzinapa que tiene a la sociedad en busca de 42 normalistas desaparecidos el 26 de septiembre del 2014, no hubiera salido tan cara a su confiabilidad como Primer mandatario, si adosado a eso no se llevara a cabo el escrutinio público por la posesión de inmuebles de él, su esposa y funcionarios cercanos; por cantidades escandalosamente excesivas y relacionadas sobre todo en su adquisición con contratistas beneficiarios con proyectos jugosos tanto en el Estado de México, como a nivel federal.
El presidente de México no debería esconder la cabeza en medio del terreno fangoso en el que se mueve y responder personalmente a las acusaciones que se le endosan.
Dicen por ahí que el que calla otorga y el que funcionarios de la Presidencia de la República se apresten en voz e imagen y hasta en comunicados a señalar la pulcritud con la que Peña Nieto, su esposa y hasta Luis Videgaray, secretario de Hacienda, adquirieron sus inmuebles, queda la duda del porqué habérselas comprado a los mismo empresarios que han sido beneficiados con contratos millonarios tanto en obras para el Estado de México como a nivel federal.
¿Usted le cree a Peña Nieto? Yo la verdad, no.
Acta Divina…El presidente Enrique Peña Nieto adquirió de forma legal una casa en Ixtapan de la Sal en 2005. Así respondió Presidencia de la República a través de un comunicado, luego de la publicación del diario estadounidense The Wall Street Journal referente a la compra de la propiedad cuando era gobernador del Estado de México al empresario Roberto San Román, cuya firma ha ganado al menos 11 contratos federales en estos dos últimos años.
Para advertir… Tampoco se ha visto por ahí, ni a Angélica Rivera, ni a los hijos de ella y su esposo.
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