Francisco Rodríguez
Es un hecho. El gobernador de Morelos Cuauhtémoc Blanco llegó al cargo por la popularidad conseguida con la destreza de sus pies, no por sus habilidades políticas, oratorias o por desenvolverse como pez en los procelosos océanos de la grilla nacional. Por lógica, cualquiera pensaría, debía tener como segundas manos a un operador que sí le entendiera a esos menesteres, pero…
… quién sabe por qué diablos escogió como secretario General de Gobierno al junior del extinto Pedro Ojeda Paullada –ex secretario de casi todo en los gabinetes de Luis Echeverría y José López Portillo–, Pablo Ojeda Cárdenas, quien de acuerdo a la opinión generalizada de los morelenses ha resultado un verdadero costal de papas.
Con entorchados conseguidos en universidades gabachas –como casi todos los juniors de su generación, merced a las influencias de sus papis y al uso de recursos que aportamos los paga-impuestos–, la de Berkeley en este caso particular, Ojeda Cárdenas tuvo en Ciudad de México una trayectoria más bien mediocre en segundos y terceros cargos, cual lo confirman los propios boletines periodísticos con los que se dio a conocer su nombramiento en el gabinete de Blanco.
Se dijo entonces que ha colaborado en diferentes administraciones en la Secretaría de Gobernación, destacando su participación como Jefe de la Oficina del Secretario y como coordinador de Asesores del mismo. Que en ese carácter tuvo participación activa en el proceso de toma de diversas decisiones de Estado (?), así como en diversos procesos legislativos, principalmente en materias política, amparo, derechos humanos, acciones colectivas, seguridad pública, procuración de justicia, seguridad nacional y acceso a la información pública.
Que antes colaboró en el Instituto Federal Electoral en donde se desempeñó como secretario particular y asesor del titular del Instituto, como director de Órganos Centrales y como subdirector de Control Operativo del Registro Federal de Electores. Que en ese período participó en la planeación del levantamiento del nuevo padrón electoral, en la expedición de la credencial para votar con fotografía y en la organización de elecciones federales.
Y que también, en la LXII Legislatura fue invitado como miembro del Consejo Técnico para la redacción del Código Nacional de Procedimientos Penales por la Comisión de Justicia de la Cámara de Senadores.
Y de ahí, el gran salto a la secretaría General del gobierno morelense. Un ujier tendría una semblanza más abultada que la de Ojeda Cárdenas.
Mujeres de Morelos piden su renuncia
La inexperiencia y novatez de Ojeda Cárdenas ha tenido consecuencias. Una entre muchas y muy reciente es que Morelos fue la única entidad de un total de 18 estados que no recibirá el subsidio que otorga la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres(Conavim), esto pese a que desde el 10 de agosto de 2015 se declaró la Alerta de Violencia de Género en ocho municipios de la entidad.
Sin recursos, no obstante que, de enero a mayo solamente, se contabilizaron 47 feminicidios.
Con base en anteriores declaraciones del secretario de Gobierno, Pablo Ojeda Cárdenas, dichos recursos serían destinados específicamente a las medidas de prevención, justicia y reparación en torno a la violencia hacia las mujeres y así atender oportunamente las recomendaciones de la alerta.
De hecho, la elaboración del proyecto corrió a cargo de Ojeda Cárdenas, quien debió presentar en junio formalmente el expediente para acceder a dicho fondo, que no cumplió con los requisitos necesarios para alcanzar el mismo.
El subsidio federal que se otorga por parte de la Conavim serviría para fortalecer la activación del Protocolo Alba, orientado a la búsqueda y localización de mujeres, niñas y adolescentes entre otras acciones.
Pero Morelos no recibirá ningún recurso. La responsabilidad de ello recae en Pablo Ojeda e, indirectamente, en su jefe Cuauhtémoc Blanco.
¿Será que a ambos les valen madre las mujeres?
¿Será que en el gobernador hay un dejo de misoginia ya que, muchos recuerdan, a finales de 1998, Marisela Santoyo, ex esposa de Blanco, levantó una denuncia penal en su contra por lesiones y amenazas de muerte, según precisa La Jornada en una nota publicada el 14 de mayo de 2004, donde hace un breve recuento de su vida. Asimismo recuerda cómo el también exfutbolista gritó a periodistas “pinches muertos de hambre” en el estacionamiento de Coapa o el puñetazo que le propinó al comentarista deportivo David Faiterlson en un vestidor luego de un partido en Veracruz, además de cuando a la salida de un restaurante en Polanco le rompió la cámara a dos fotógrafos que lo captaban con su entonces novia Galilea Montijo.
¿Será?
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