El ser humano antes que un ser de razón se ha vuelto un ser de creencias y esperanzas, parece que todo nuestro futuro lo edificamos sobre cimientos totalmente inciertos de fe, y en parte existe cierto sentido, no todos podemos gozar de las mismas posibilidades y beneficios, la utopía de cualquier sistema de gobierno es sustentar la igualdad entre sus ciudadanos, pero en realidad se trata de sustentar la conformidad y sumisión entre sus gobernados, y en ello se basa el poder de las oligarquías, en el convencimiento, mediante cualquier estratagema, de la mayoría ante una minoría.
Mucho escucho que el nuevo Papa, el papa Francisco, es un revolucionario social, un adalid de los pobres, un mensajero verdadero de los católicos y demás panegíricos que hacen olvidar totalmente la verdadera misión del catolicismo; el control ideológico de pueblos enteros, no en balde la Iglesia ha sido el gran protagonista de la historia universal, no por su bondad, filantropía o amor al prójimo, sino por su poder político y financiero. Quien crea que la Iglesia trabaja sólo para ayudar a los necesitados con el perdón y el amor, merece ser católico, si no que me expliquen que aporte ha hecho la iglesia a la igualdad social como no sean el diezmo, la sumisión, la limosna, la confesión, el temor y la obediencia.
Que el Papa declare que las navidades han sido secuestradas por el materialismo suena mas hueco que un timbal, iniciando por el hecho de que la navidad ha sido uno de los pilares de la correctamente llamada “puta de babilonia”, que ahora salga un viejito muy colmilludo, porque se podrá decir todo contra Francisco pero es una genialidad de intelecto, criticando desde la cúpula de la simonía, que le están haciendo de chivo los tamales, es de risa loca. Si de ayudar a la humanidad se tratase hay muchos caminos para iniciar, pedregosos, difíciles y peligrosos pero los hay, y no sólo el camino más cómodo y seguro, que para eso ya tenemos bastante con la hipocresía y prebendas de la ONU junto a la diplomacia internacional.
Igualmente en nuestra vecindad se empiezan a escuchar los tambores de lucha electoral morenos, Andrés Manuel Lopez Obrador como otras veces antes, nuevamente se erige como la voz de un pueblo irritado por tanto abuso, un dirigente popular, de ello no cabe duda, que nos ha dejado a más de cuatro como novias de rancho, vestidos y alborotados, el perdonavidas nacional, que prácticamente ha prometido perdón pero no olvido, sea cual sea lo que esto signifique para él, un hombre católico y bondadoso “como los huesos de Cristo” que promete amor y reconciliación, términos muy loables pero inservibles en un estado laico con necesidad de verdadera justicia, y ante todo, con necesidad de reconocimiento, retribución y condena a quienes han medrado con el sufrimiento ajeno.
Y es que si a este pendejo viejito tabasqueño no se le hubiese arrugado el “cutis” y con millones de mexicanos hubiera impuesto su evidente y legal victoria electoral, al menos nos hubiéramos ahorrado 150,000 muertos, la privatización energética y las demás reformas estructurales que ya a toro pasado tantos dividendos electorales le están significado. Por que ahora si es muy fácil decir se los dije, pero el también fue cómplice por no defender su lucha que era la de millones, y recetarnos la del curita Hidalgo, en el cerro de las cruces, cuando se le rajo a Allende, dejándolo con tres benditos palmos de narices y el perdón a la ciudad de los palacios.
Luego entonces el perdón no es atribución divina o de creencia, en este caso es cuestión de dignidad, de voluntad, de soberanía, pero ante todo de erradicación de la injusticia e impunidad, esa impunidad hija ilegitima del perdón y del olvido.
No nos hagamos pendejos, el perdón para los genocidas, traidores, corruptores y graves delincuentes no ha servido para nada, de esto hay muchos ejemplos en la historia, de que sirvió la no violencia esgrimida por Gandhi, quien con perdón y humildad supuestamente obtuvo la independencia de la India del imperio Británico, pero que en realidad sólo sirvió para distraer el verdadero factor que consiguió la independencia de la India, las luchas violentas y encarnizadas de facciones rebeldes ávidas de revancha, como los famosos cipayos o los revolucionarios como Shubhas Chandra Bose quien aun siendo controvertido en sus alianzas fue tan determinante como Gandhi en la lucha por la independencia, a ese si le tocó el olvido.
Lo mismo se puede decir de otros como Martín Luther King o Nelson Mandela de cuyos movimientos pro-perdón sufrimos con excelentes muestras del racismo imperante en Sudáfrica y Estados Unidos de América modernos.
Así cuando un candidato o papa llegan haciendo declaraciones de perdón, dios, esperanza, fe, paz, amor y hermandad más vale mandarlos por donde llegaron y recordar que ni perdón ni olvido. Dios no ha bajado del cielo ha imponer la paz y tampoco a evitar las guerras, aun cuando sean esgrimidas en su nombre, así que dejemos esa sarta de pendejadas al margen y seamos serios, que lo menos necesario en el futuro de México es una Teocracia disfrazada de liderazgo nacional y extranjero que chingan al prójimo con el rosario en una mano y la canasta de las limosnas en la otra.
-Victor Roccas