No hace más de dos meses, se leía aquí en este espacio sobre el arranque del proyecto de Escuelas de Tiempo Completo en el Distrito Federal (DF) para este año lectivo 2013-2014 y cómo su funcionamiento positivo podría redundar en puntos de igual diagnóstico para el gobernante Miguel Ángel Mancera.
Estas escuelas que reciben a los niños entre siete u ocho horas de acuerdo a su grado escolar, contemplan también la comida de los alumnos en el plantel y he ahí el primer pero que han puesto no pocos padres de familia.
El proyecto debería estar funcionando ya en al menos dos mil planteles del DF pero con sólo monitorear algunos se ha comprobado que a las familias el cambio les está costando entre 400 pesos o más mensualmente.
Todos hubiéramos pensado que cumplir con el objetivo de alimentar a los alumnos en el colegio para un mejor desempeño y nutrición además de ayudar a las familias de los estudiantes en su economía; sería un gasto a sufragar por las arcas de la administración de Mancera, pero no.
Si bien, quizá no se cubre la totalidad del gasto en comida por alumno con la cuota solicitada a cada padre de familia, el hecho es que no todos tienen para hacer frente a ese gasto mes a mes durante diez emisiones, además puede aumentarse si se tiene a más de un hijo en este nuevo proyecto de Escuelas de Tiempo Completo en la capital del país.
Los cambios en los esquemas del sector educativo repercuten directamente en el educando, el educador y su entorno, o sea, en todos nosotros.
Es por eso, que bien valdría la pena que alguien saliera a explicar con palitos y bolitas a todos los mexicanos, a todos en lo absoluto, que implica en el quehacer cotidiano la reforma educativa.
Pues sólo habría que preguntarse: ¿A cuáles y a cuántos programas se les resta presupuesto para sustentar a los novedosos proyectos que suponen popularidad a los políticos que los empujan? ¿En realidad se cuenta con la infraestructura para las nuevas formas y tecnologías de la educación que presuponen sacar a Mèxico de su marasmo educativo?
Sólo por comentarles, amables lectores, ninguna de las escuelas del proyecto Escuelas de Tiempo Completo en el DF, cuenta con un comedor digno para el alumnado.
Acta Divina… El programa piloto de Escuelas de Tiempo Completo es parte del Acuerdo para la Calidad y Equidad de la Educación, firmado el 12 de marzo entre Mancera y el titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Emilio Chuayfett, cuyo principal objetivo el de “…instrumentar un proyecto que posibilite que las escuelas, cuyo horario lo permita, puedan ser abiertas a la comunidad, con reglas y condiciones perfectamente definidas, a efecto de que en su contra turno se puedan efectuar actividades de carácter cultural, artístico, deportivo, entre otras, que contribuya a una educación más integral de los estudiantes”.
Para advertir… ¿Se ligarán las protestas a las reformas educativa y energética?
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