Héctor Calderón Hallal
A un panal de rica miel
dos mil moscas acudieron,
que por golosas murieron
presas de patas en él.
Otras dentro de un pastel
enterró su golosina.
Así, si bien se examina,
los humanos corazones
perecen en las prisiones
del vicio que los domina.
Con estos versos del gran fabulista español del movimiento de la Ilustración, Félix María de Samaniego (1745-1801), se puede aludir de forma muy plástica al denominador más común entre muchos individuos que viven de la actividad política de nuestros días en México y hasta se asumen como “profesionales”: la ambición desmedida; o lo que es igual… la ausencia de principios morales y éticos.
En buena hora ha llegado a nuestro país esta “guerra sin cuartel” entre dos bandos que, en realidad, siempre formaron parte de uno mismo: el bando de los “liberales”.
Esos bandos en pugna son los que en México, desde 1986, rompieron y se “juraron” guerra a muerte por la vía institucional, a través de la vía electoral, que sigue siendo maltrecha… pero que por lo menos está en permanente actualización y mejora.
Unos fueron los que sostuvieron siempre que “no había otro camino conocido para generar riqueza más que el trabajo y el sacrificio” y que se quedaron en el PRI para mejorarlo y responder por él… y los otros que, como renegados perpetuos y “dueños de la verdad absoluta”, siempre le apostaron a que “hasta Dios hacía conciliábulo contra ellos” y se fueron del PRI, errantes por el mundo, a emprender nuevas aventuras electorales… nunca modificaron su error original… cargaron siempre con él. Como Caín, desterrado por el Supremo Creador a lo ancho del planeta… como Agar, la mujer que le dio el primer hijo a Abraham de nombre Ismael, a lo largo del desierto de Egipto.
Un error “original” que consiste en suponer que una pirámide, con su naturaleza triangular, puede sostenerse invertida…
Hasta que llegamos a ese punto de la historia en que autoproclamados como la “Cuarta Transformación”, siendo autoridades, pretenden perpetuarse en el poder… ya encontraron el “caminito”… ya no quieren trabajar, ni batallar.
En ese contexto, como en cada época de la historia humana, apareció esa nefasta clase social integrada por los “oportunistas”, los especuladores, los “acaparadores”, “acicateros”… los “intermediarios”, los “gandallas” de siempre… los tránsfugas… gente sin escrúpulos que lucra con la ilusión de la gente humilde y trabajadora; que gusta de obtener ganancias rápidas, fáciles y extremadamente abundantes sin esfuerzo alguno.
Son los mismos que migran de un partido a otro sin el menor apego a un principio filosófico o político… que “brincan como chapulines buscando el puesto de privilegio” y que debería corresponderle a quien realmente trabaja.
Son los que chantajean a gobiernos y generaciones enteras y se sobrevalúan en las negociaciones… al final la gente se da cuenta por sus desempeños, que son “más corrientes que comunes” y que nunca fueron ni por asomo, lo que dijeron ser ni merecer.
La tarde de ayer, la prensa nacional dio cuenta de un bochornoso acto de traición de algunos “malrecordados” excuadros del PRI que, renegando como es su costumbre… pateando el pesebre que los vió nacer y les brindó todas las oportunidades posibles y de manera ininterrumpida, se sumaron a la “precampaña” de la abanderada del partido oficial, Morena, Claudia Sheinbaum, anunciando de paso que llevarán el mensaje de la aun aspirante a la nominación presidencial morenista, a todos los confines del país.
Serán responsables de esparcir la “Claudianeta”.
Lo anterior se registra como un auténtico acto de revancha y de mezquina reacción de parte de sus protagonistas, exgobernadores y exsenadores de la República que “quieren seguir pegados a la ubre presupuestal”, no obstante su edad productiva y plena aún de la mayoría de ellos….
Eruviel Ávila, Alejandro Murat, Nuvia Mayorga, Jorge Carlos Rodríguez Marín y Adrián Rubalcava, entre otros, dieron a conocer la creación de la agrupación política “Alianza Progresista» en apoyo a la candidata a la Presidencia del 2024 de la 4T.
Según Alejandro Murat Hinojosa, el jovencito que gobernó Oaxaca recientemente gracias al impulso y la fama (buena o mala, usted escoja) del padre, José Murat Casab, también Gobernador de Oaxaca en el pasado reciente; él, junto con sus compañeros ahora “aliancistas y progresistas”, se asumen como predestinados “a seguir escribiendo las mejores páginas de la historia y, que con la Alianza Progresista están convencidos de que habrá un espacio abierto de diálogo para realizar y lograr esos objetivos».
Eso lo dice un muchacho en plenitud biológica, al igual que Alejandro Ruvalcaba, que lleva –no obstante su juventud- por lo menos tres períodos de gobierno al hilo en una demarcación geográfica de la Ciudad de México; al igual que la hidalguense Nuvia Mayorga, manufactura política de entera autoría de Miguel Osorio Chong, quien esta vez no “sacó la cabeza” con el resto de sus compañeros que anuncian que se van con Morena y con Claudia Sheinbaum, pero que es obvio que está en la “cresta de la ola” de ese movimiento, pues fue materialmente “despedido del PRI” desde octubre pasado, al igual que cuatro de sus compañeros senadores.
Al grupo de priístas sinaloenses que recientemente se trasladaron a Morena, no tiene caso ni mencionarlos, pues son de nivel ínfimo y a ellos ni un plato de lentejas les ofrecieron.
El propio Eruviel y hasta Rodríguez Marín, están jóvenes y plenos… pueden trabajar, como el resto de los mortales mexicanos… cogiendo el azadón, el pico, la pala… sembrar los surcos de la campiña mexicana bajo el rayo del ardiente sol… pero no, ya no quieren batallar. Quieren puesto; quieren privilegio. Ya encontraron el “caminito”.
Por eso se prestan a esta traición al PRI para favorecer a su oponente política, la doctora Sheinbaum Pardo, abanderada de Morena.
Aunque… para bien o para mal, las luchas fratricidas termina por ser una “gran purga” de población de “una misma especie”; lo cual es un ejercicio sano para los equilibrios poblacionales pero, sobre todo, para la armonía comunitaria que debe prevalecer cuando se buscan períodos de auge económico o material… cuando se buscan nuevos períodos de crecimiento humano; nuevos ciclos de bienestar y reconstrucción.
A la ausencia de plagas de especies “dañinas” que consiguen la ciencia veterinaria y zootécnica, se le puede analogar con el derrumbe de esos grandes “monos de lodo, con pies de barro” que son los fundamentalismos teóricos como el “estatismo” y la “planificación centralizada”, impuestos como “moda” por los regímenes alineados al bloque socialista en el siglo XX y que no soportaron el mínimo juicio objetivo ni de análisis científico en la historia… no llegaron vivos al siglo XXI. Fueron derrumbados a inicios de los noventa.
Todos estos ahora expriistas en su momento se opusieron a la extensión de mandato de Alejandro Moreno, porque no pudieron imponerle su voluntad y además, el campechano ha sabido hablar siempre con claridad y sin distingos entre militancia y cuadros .
Por eso no pueden ver a ‘Alito’ Moreno y persisten en esa supuesta campaña para removerlo de la dirigencia del instituto político; más no han podido y ni lo lograrán ya tampoco.
El exgobernador de Campeche se ha ganado su lugar, siendo un dirigente de 24 horas al día, que le da su lugar igualmente a un humilde militante de provincia… que a un alto cuadro dirigente de la metrópoli o de la “nomenclatura política” priísta.
Esta singular “diáspora” o reacción de los cinco o más expriístas involucrados en el “chaqueteo” a Morena, nos confirma que tanto la corrupción política como el oportunismo, como fenómenos, también responden a leyes, como la física universal, para el caso de la energía y la materia : Pues no se extinguen… tan sólo se transforman”.
Es el mismo caso del patriarca de Morena, el hoy presidente López Obrador, quien debe de explicar a los mexicanos, dónde se encontraba él cuando era la época en que gobernaba el PRI….”Cuando el PRI robaba más”, citando al exitoso meme del Maestro Francisco Rodríguez, director de la plataforma noticiosa digital, Índice Político, de este martes 19 de diciembre en redes sociales:
Los casos de Alejandro Murat, Eruviel Ávila, Adrián Ruvalcaba, Nuvia Mayorga y de Jorge Carlos Ramírez Marín, son una vergüenza política nacional, por su horrenda actitud de deslealtad, traición y oportunismo ¡La historia los juzgará!
Autor: Héctor Calderón Hallal
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