Juan Luis Parra
La llegada de un nuevo coronel a la Aduana de Nogales podría parecer, para el ojo externo, parte del mismo juego de rotaciones burocráticas que han marcado la última década en las aduanas mexicanas.
Pero esta vez algo es distinto. Y huele a operación quirúrgica.
Fuentes cercanas, han confirmado a SonoraPresente que en los últimos días fueron destituidos al menos 40 agentes aduanales en Nogales, con la intención clara de alcanzar las 100 bajas en breve.
No se trata de un reacomodo menor: es una purga en toda regla. ¿Pero qué se está limpiando? ¿Y por qué justo ahora?
Para añadir contexto a la situación, en febrero de este año, la presidenta Sheinbaum había declarado sus intenciones de ponerle fin a la etapa militar de las aduanas. Prometió traer de vuelta a los mandos civiles, pero hoy sabemos que solo fue discurso de su mañanera.
Hace unas pocas horas Estados Unidos alzó la voz. La embajada americana en nuestro país denunció públicamente el esquema del huachicol fiscal, explicando que se robaba petróleo crudo en México, se llevaba a Texas y con documentos falsos se refinaba y regresaba por las aduanas mexicanas como importación legítima.
Un modelo tan sofisticado que solo se puede lograr con complicidades del más alto nivel.
¿Coincidencia que ahora venga un nuevo coronel a correr gente? Lo dudamos. Seguramente esta información ya la tenía Sheinbaum días o semanas atrás y eso explicaría el nuevo administrador de aduanas, quien llegó apenas hace una semana.
Está más que documentado que esta lana del huachicol, además de ser cuantiosa, es muy útil. Financió campañas políticas y operaciones criminales a lo largo y ancho del país, sin embargo, esta nueva presión diplomática sobre México huele más a amenaza que a denuncia.
Sheinbaum leyó bien el mensaje y comenzó a trabajar de verdad con las aduanas, y todo indica que Nogales es uno de los primeros puntos críticos de su radar. Y con justa razón: hablamos de una de las aduanas más recaudadoras del país, pero también de las más problemáticas en términos de denuncias por corrupción, extorsiones y presencia criminal.
Hoy, con la llegada del coronel Juan Rosas, quien regresa al cargo que ya ocupó brevemente en 2021, se cierra un curioso ciclo: fue precisamente Juan Francisco Gim, hoy alcalde morenista de Nogales, quien le entregó esa misma administración hace cuatro años.
Durante el sexenio de López Obrador, las aduanas se militarizaron bajo el pretexto de combatir la corrupción. El balance es, cuando mucho, ambiguo: si bien pueden señalarse algunos avances, los costos institucionales han sido mayores. El principal problema es claro: un militar no le rinde cuentas a la ciudadanía. Con suerte, lo hace ante la presidenta.
Esta militarización de las aduanas solo sirvió para generarse redes de poder paralelas y ahora se está pagando el costo de esa decisión. Sheinbaum heredó una estructura podrida, y ahora se quiere salvar con bisturí y sin anestesia.
¿A qué vino el nuevo coronel en Aduanas? A Juan Rosas no lo mandaron a dirigir una oficina: lo enviaron a contener un incendio. Habrá que ver si trae agua… o gasolina.