* El gobernador de Hidalgo acudió a un evento partidista a Durango, reconociendo el alquiler de un taxi aéreo, pagado de su bolsa, pero en su muro de “X”, Moreira trató de desvirtuar el hecho recibiendo una sensata y puntual respuesta de Julio Menchaca, quien recomendó al ex mandatario de Coahuila: “No hay que escupir para arriba”, y recordándole al legislador tricolor que si de vuelos de sospechoso financiamiento se refería, debía mencionar cuando siendo gobernador, su esposa Carolina Viggiano, entonces diputada federal, acudía en vuelos constantes a Pachuca, pagados por empresas privadas, entre estas, por supuesto, las del pillo y defraudador, Alonso Ancira
SILOGISMOS
Por Antonio Ortigoza Vázquez / @ortigoza2010
Especial de Expediente Ultra
Obsesionado en reeditarse como el “Perro de la Tía Cleta”, Rubén Moreira Valdéz, insiste en escupir para arriba, obvio terminando manchado de su propia podredumbre, como quedó demostrado en sus redes sociales donde hace unos días trató de involucrar al gobernador de Hidalgo, Julio Menchaca, en supuesto actos de corrupción por viajar a un acto partidista a Durango, en un taxi aéreo, pagado con sus propios recursos.
Fiel representante de la vieja corrupción priísta, al ex gobernador de Coahuila le fallaron sus especulaciones pues traicionado por su subconsciente, quizá pensó que como ocurría en tiempos de Peña Nieto y otros gobiernos neoliberales, Menchaca Salazar cargaría el costo de su viaje al erario público o echaría mano de empresarios sinvergüenzas como Alonso Ancira, ex presidente de Altos Hornos de México (AHMSA), quien años atrás le llegó a costear al esposo de Carolina Viggiano, vacaciones, viajes en hoteles de gran lujo donde abundaban la campaña y el caviar, por montos superiores a los 31 millones de pesos.
Pero apenas estampó su estulticia en su muro de “X”, Rubén Moreira obtuvo una sensata pero puntual respuesta del gobernador de Hidalgo, quien reconoció el uso y alquiler del taxi aéreo, pero pagado con recursos propios. “No hay que escupir para arriba”, aconsejó el mandatario al legislador tricolor. Y de paso le recordó que a si vuelos de sospechoso financiamiento se refería, debía recordar cuando siendo gobernador, su esposa Carolina Viggiano, entonces diputada federal, acudía en vuelos constante a Pachuca, pagados por empresas.
Y como todo lo que sube tiene que bajar, recordemos cuan manchado queda Rubencito con su escupitajo lanzado a la ligera:
Una de esas empresas era nada menos que AHMSA del empresario acusado con la llegada de la 4T, de vender a Pemex, con un sobreprecio de 500 millones de dólares, la planta inservible de fertilizantes de Agronitrogenados en 2013, cuando el director de la petrolera del Estado era Emilio Lozoya, quien resultó todo un pájaro de cuenta, protegido por los priístas en el sexenio de Enrique Peña Nieto.
Recordemos a Moreira que en el año 2021, en una de sus conferencias mañaneras, fue el propio ex presidente Andrés Manuel López Obrador, quien se encargó de sacar a la luz pública, la extensa lista de “favores” que el pillo empresario Ancira, hizo a políticos del PRI y del PRD, pues como se recordará, Hacienda estimaba en 216 millones de dólares el fraude fiscal de Ancira.
Con datos precisos de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), el presidente López Obrador seleccionó expedientes correspondientes al año 2014, donde el entonces gobernador de Coahuila, incluida su esposa, lo mismo que políticos del PRI y del PRD, gozaron de ilegales canonjías del corrupto Ancira.
El monto mayor de gastos reportados correspondía a Rubén Moreira: los viajes y viáticos aplicados suman 31 millones 509 mil 395 pesos, correspondientes a 131 viajes que hizo en su tiempo de gobernador, entre esos, uno de Montevideo a Tapachula, con escala en Lima, que costó 905 mil pesos; otro entre Saltillo-Toronto-Saltillo, de 925 mil pesos. Otros más hacia Toluca, Guadalajara, Saltillo, Puebla, Cancún, Acapulco, Torreón y Colima, entre otros destinos.
El favorecido en segundo lugar fue el ex director de Pemex, Emilio Lozoya, con 12 millones 492 mil pesos; el tercer lugar corresponde al sonorense y en un momento dado, poderoso parlamentario, Manlio Fabio Beltrones, con 8 millones 213 mil pesos; le seguía Carolina Viggiano, la senadora y aspirante a la candidatura a la gubernatura de Hidalgo, con dos millones 536 mil pesos; el ex presidente del PRD, y hace tiempo fuera de los primeros planos, Carlos Navarrete, con un millón 850 ml pesos.
Preguntamos al diputado del PRI: ¿Será acaso que tiene cómo comprobar que estos y otros tantos viajes de lujo y placer los pagó de su bolsa, lo mismo que los de su esposa?
Hablando de honestidad, recordemos a la opinión pública del país que Rubén Moreira, heredó de su hermano Humberto, la gubernatura de Coahuila, y nada hizo por aclarar el por qué su consanguíneo recibió en el 2005 el gobierno del Estado con una deuda de 323 millones de pesos y la dejó en más de ¡35 mil millones de pesos¡, en el 2011.
Una de las corrupciones más escandalosas en la historia de los gobernadores priístas. Tanto él como su esposa, insiste en tratar de tomarle el pelo a los mexicanos criticando a los gobiernos de la 4T por la inseguridad; hace apenas dos días, en un programa de televisión la diputada Carolina Viggiano insistió en golpear al gobierno federal, con tal asunto, pero nada habló de la entrega que su cuñado Humberto y su esposo Rubén, hicieron de Coahuila al peligroso Cártel de Los Zetas.
¿Por qué no mencionó la Secretaria General del agonizante PRI, el pleito de familia que estalló cuando los mafiosos asesinaron al hijo de su cuñado y que derivó en el rompimiento público de ambos hermanos?
La corrupción de los Moreira fue tal que también AMLO sacó a flote el caso del ex tesorero de Humberto Moreira, quién actuando como testigo protegido por las autoridades norteamericanas en Texas, puso al descubierto la galopante corrupción del clan.
De hecho, el Gobierno de Estados Unidos entregó en el pasado sexenio al Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado del Gobierno mexicano, 32 millones 194 mil 445 dólares, que equivalen a 579 millones 500 mil 015 pesos, producto de las malversaciones en las que participó Héctor Javier Villarreal Hernández, extesorero del Gobierno de Coahuila y quien colabora con las autoridades norteamericanas luego de haber sido detenido por presunto lavado de dinero.
De estos temas nada hablan ni Rubén ni su esposa. Y si de aviones y vuelos privados se trata, el ex gobernador tampoco menciona que su hermano Carlos, ex líder del SNTE en Coahuila y de los consentidos de la ex dirigente Elba Esther Gordillo, tenía hasta hace unos años un Lear Jet para su uso privado, con costo a las arcas del Estado.
Ahora se espanta y hace todo un show porque un gobernador de Morena se paga un taxi aéreo de su bolsa. ¡Vaya cinismo de este consumado granuja¡
Por cierto y hablando de asuntos de inseguridad, el tema llegó a tal grado que la huella indeleble de los Moreira como responsable de verdaderas masacres en Coahuila , ha quedado para la posteridad en una serie de Netflix, titulada: “Somos”, basada en hechos reales y creada a partir del artículo testimonial “How the United States Triggered a Massacre in Mexico” (disponible en español bajo el título “Anatomía de una masacre”), escrito por la periodista estadounidense galardonada con el Pulitzer, Ginger Thompson. A lo largo de 18 meses Thompson recabó las historias de decenas de supervivientes, autoridades e incluso delincuentes para armar este rompecabezas.
La serie se basa en la masacre ocurrió en marzo de 2011 en el pueblo de Allende en el norteño estado de Coahuila, cerca de la frontera con Estados Unidos. Un informe divulgado cinco años después reveló que se trató de una de las venganzas más atroces que haya cometido el cártel de Los Zetas. Sicarios del grupo entraron en el municipio, donde vivía un supuesto traidor y con el apoyo de la policía secuestraron a todos los que llevaban su apellido, incluidos mujeres y niños, y redujeron sus cuerpos a cenizas. No se sabe el número real de víctimas, que oscila entre 42 y 300 desaparecidos, según las fuentes.
Los desalmados criminales, apoyados y protegidos por los Moreira, asaltaron el pueblo saqueando e incendiando casas, secuestrando gente y asesinando a decenas de personas inocentes. De tal magnitud las corrupciones y atrocidades a las que Rubén Moreira se sumó a las complicidades de su hermano Humberto, y sobre las que nada dijo, y se abstiene de hablar, su esposa Carolina.
Por eso, el ex gobernador coahuilense debe pensar dos veces antes de abrir la boca para hablar de temas en los que está condenado a correr la misma suerte que el Perro de la Tía Cleta…