HOMO POLÍTICUS
PAVE SOBERANES
Habladuría Barriobajera en Leyva 7
Ni la Suprema Corte de Justicia de la Nación va a destituir a la veintena de diputados estatales a la Legislatura 56 que no aprueben la despenalización del aborto, ni la Iglesia católica va a condenar al fuego eterno a las mujeres que decidan lo que a sus derechos corpóreos corresponde.
Tampoco la SCJN va a encerrar en una crujía especial a las mujeres que aborten en el estado de Morelos, residan o no aquí, ni el gobierno eclesial va a prohibir los pecados de la carne por urgente u obvia resolución a los diputados a la L56, herejes o no.
Aplazada por la justicia federal, la veintena de diputados locales tiene ocho días para iniciar el proceso de despenalización del aborto, aunque voto por voto, no reúnan el 75 por ciento que se necesita para reformar la Constitución local, es decir, 14 votos.
Pero conformada por mujeres y hombres sapienciales, la legislatura de turno no teme a los ministros que van de salida ni a la excomunión eclesiástica, porque algunos ni católicos son.
La realidad es que saben, porque para eso son diputados léidos, prohombres con equidad de género, que de no aprobar el aborto, ninguna mujer será apresada por la perpetración de un delito que dejó de serlo porque la Corte ya resolvió a favor de todas, a nivel nacional, y además, porque ningún licenciado en Medicina, con especialidad o no, será sancionado con pena corporal, porque existe un amparo general a nivel país, para practicar el aborto de forma legal por así convenir a las interesadas que, ya dije arriba, están en su derecho.
letraschiquitas
Las camionetas que son propiedad del pueblo de Morelos y que, por sus dichos, no quiere regresar el depuesto magistrado presidente del Tribunal Superior de Justicia, Jorge Gamboa, detonó la elegante agresión verbal —en realidad una habladuría barriobajera— contra el magistrado Juan Emilio Elizalde, llamado aquí con propiedad, el miembro más antiguo de Leyva 7. «Ridículo» y «Arcaico», llamó Gamboa a Elizalde. «Póngase a estudiar», atizó como fiera herida. El reto encontró como respuesta la ironía. «Uy», fue una respuesta. —Luego me dice qué debo estudiar, se oye en una nueva grabación en oficinas del Tribunal Superior de Justicia la voz de Elizalde. Con esos desenfrenos administró Gamboa la justicia y gracia para sus amigos, y la ley a secas contra los que no lo eran ni lo son.