Claudia Rodríguez
Lo dijo claramente Mario Delgado, el coordinador del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) en la Cámara de Diputados: la instrucción del presidente electo Andrés Manuel López Obrador, es la de abrogar la Reforma Educativa.
Es decir, realizar una remientos que hoy tiene a nivel constitucional el precepto educativo, lo cual además sería otra gran derrota para el actual Gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto, y aún más si esta reforma legislativa se concreta antes del 30 de noviembre venidero.
Si al final el camino legislativo fuera el de derogar, el resultado no sería tan drástico, y apenas se anularían párrafos o fracciones del mismo artículo tercero constitucional.
Los temas a analizar en este rubro son finitos pero extensos; no obstante un punto para subrayar, es la necesidad de rescatar las escuelas normales y poner al maestro docente al centro del sistema educativo, ya que la evaluación es negativa al hecho de que los escolares de educación básica y media básica han tenido que lidiar con maestros-profesionistas titulados, lo que no garantiza la práctica docente.
Tras el paso de Aurelio Nuño como titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), uno de sus encargos que puso en práctica con desmedida vehemencia, fue la de desmantelar a las normales del país y abrir el paso a los universitarios.
Hoy en día los maestros presumen sus títulos de distintas universidades y no su capacidad en el aula; situación que ha dañado al educando de manera extrema; porque los universitarios subsanan el aprendizaje docente, con el trámite de presentar y aprobar un examen como lo marcan los lineamientos de la vigente Reforma Educativa.
Claro que hay quienes tienen la gran habilidad de enseñar, de comunicar, de dejar conocimientos, de inspirar, sin ser docentes; pero son garbanzos de a libra.
Se entiende que el tema se entrampa cuando se convierte en laboral y el derecho a tener un trabajo digno, porque tienen tanto de derecho a emplearse los egresados universitarios como los normalistas. No obstante el maestro docente cursa asignaturas fundamentales, como la didáctica y otras de carácter socioemocional, para tratar a niños y adolescentes; en tanto los universitarios tienen una importante formación de especialización en la materia y carecen en su totalidad, de una formación curricular pedagógica.
Habrá que ver cómo se desarrolla este punto en el nuevo gobierno nacional que está por venir, y ojalá se entienda lo importante que es para un escolar de educación primaria y secundaria, tener al docente al lado.
Acta Divina… “No quedará ni una coma de la Reforma Educativa”: diputado Mario Delgado de Morena.
Para advertir… No olvidar que el tema central, en este aspecto, siempre debe ser la educación.
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