El 3 de septiembre del 2009, el entonces presidente Felipe Calderón hablaba de costos y riesgos en su administración y afirmaba que …”el riesgo de quedar bien con todos, querer quedar bien con todos es terminar quedando mal con todos y a mi yo lo que quiero prescindir es de este criterio de tratar de quedar bien porque es imposible, simplemente hacer lo que se necesite y ojalá haya la comprensión debida para que todo mundo entienda de que sí nos va a costar algo a todos pero si ponemos cada quien de nuestra parte la ganancia al final será un México verdaderamente distinto que nos va acabar beneficiando a todos también”.
A partir de aquella declaración –cantinflesca y con genuflexiones de enojo por parte de Calderón—, detallé que nos encontrábamos como sociedad, muy divididos.
Afirmé que era válido disentir u opinar de forma contraria frente a un suceso de cualquier índole. Que era sano tomar decisiones con base en diferentes criterios, experiencias e ideologías. Lo que se hacía inadmisible era polemizar al grado de cerrar los oídos frente a los otros y profundizar las divisiones hasta la descalificación y el odio.
También se afirmaba que en México, la tan anhelada alternancia en el poder –de la que muchos pensaron sería un avance hacia la verdadera democracia— arrastró consigo decenas de situaciones anómalas que se reflejaban entre la sociedad; unas como causa y otras consecuencia.
Se señalaba que los caminos de la democracia no eran tersos ni fáciles y que el hecho de que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) hubiese sido relevado por el Partido Acción Nacional (PAN), luego de casi sesenta años en el poder, modificó muchos esquemas con los que se administraba esta nación pero también cambió formas de expresión de la sociedad y la ciudadanía.
Como nunca y dado el gran auge de las redes sociales, con Calderón la libertad de expresión se potenció pero sus formas también se radicalizaron: Los buenos y los malos. .
El hecho es que desde entonces la sociedad se percibía ya muy dividida, al descalificarnos entre nosotros –más allá del propio poder– como buenos y malos.
De esa división social que se vivió con Calderón, no hay mucha diferencia a la que hoy se vive con los resultados de la administración peñista.
Acta Divina…A dos meses del caso Iguala, el presidente Enrique Peña Nieto anunció un paquete de diez acciones que tienen como objetivo lograr un México en Paz con Justicia, Unidad y Desarrollo.
Para advertir… En febrero del 2010 advertí que más que divididos estábamos desmembrados como sociedad. Hoy afirmó que la cohesión nacional está bastante maltrecha.
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