Es cortesía desear feliz año a todo aquél con él que se encuentra uno en estos días. Pero nada más. Pues aunque el deseo sea real, la vedad es que el panorama que ya vivimos y que se avecina, a pocos en nuestro México podrá cumplirles tal aspiración.
Siempre he dicho que los funcionarios de nuestro país toman decisiones detrás de una vitrina y no sentados en una silla tras un escritorio como muchos creen. Porque quien no siente no puede palpar la realidad general que día a día vive la sociedad para la que en su mayoría toman decisiones y aplican programas.
Este 2015 es un año electoral y las mentiras en base a compromisos políticos estarán a la orden del día.
Habrá que agregar que las aspiraciones de algunos actores políticos nada tendrán que ver con la tarea para la que fueron electos o designados por un tiempo determinado, pues ya muchos de ellos pidieron licencia para aspirar a un puesto de elección.
Suenan también grotescos la infinidad de discursos que venimos escuchando en donde se nos advierte que será un tiempo de cosecha y que esta vez sí, las “11 reformas estructurales” aprobadas, darán frutos y beneficios para todos nosotros.
Lo cierto es que este 2015 será un año aún más difícil para los mexicanos. La economía rezagada y los petroprecios a la baja, además de la violencia extrema por muy diversa índole, poco nos dejarán avanzar.
El freno mayor de la presente administración ya está en la ruta del desempeño de la misma y se llama: “Los muertos y desaparecidos de Ayotzinapa”.
Así que con todo y el deseo vehemente de que estos doce meses sean de mayor beneficio y prosperidad para todos nosotros, sería más creíble reposar nuestro anhelo en un milagro.
La buena noticia es que ya llevamos doce días de esta cuesta, la mala es que faltan decenas de otros tantos amaneceres.
Para finalizar, no creo que los cambios en el equipo de Enrique Peña Nieto per se, sean la salida a este despeñadero nacional. Hace falta más que eso, pues las fallas no son institucionales, sino humanas. Con todo y esto, no queda más que desearles de todo corazón: Feliz año y solicitarles puedan leer estas líneas a lo largo del 2015.
Acta Divina… Ya desde el último día del año pasado, el presidente Enrique Peña Nieto deseó que el 2015 sea un año de renovada esperanza, prosperidad y paz para todas las familias mexicanas, a la vez que se ofreció a continuar trabajando con todo empeño y capacidad para llevar a México a mejores condiciones.
Para advertir… Hasta Obama advierte el quiebre a la baja de Peña Nieto con el caso de Ayotzinapa, pero aquí en México siguen sin entender la gravedad del asunto y apuestan al olvido.
En el brutal continuismo
de escamotear las verdades,
a todos, ¡felicidades!
aunque suene a un eufemismo…