Por Adriana Delgado Ruiz | @AdriDelgadoRuiz
https://x.com/heraldodemexico/status/1719696506934948065?s=46
Pérdidas, a primera vista, por 15 mil millones de dólares, que son 270 mil millones de pesos. La industria hotelera, principal fuente de ingresos del estado de Guerrero quedó devastada y con ella miles de familias que viven de esa industria y las actividades económicas que la acompañan, en la ruina y sin patrimonio porque se lo llevó el huracán.
El Consejo de Cámaras Industriales y Empresariales de Guerrero dice que el 60 por ciento de la actividad económica estatal estaría afectado, pero en Acapulco es la totalidad. La Secretaría de Turismo dice que el cálculo oficial estará listo la próxima semana y en la Cámara de Diputados que no incluirán una partida para la reconstrucción en el presupuesto 2024 hasta que ese estimado esté listo.
Antes de eso, la emergencia. Hacienda dispuso ya del bono catastrófico de 480 millones de dólares que tenía contratado desde 2020 con el Banco Mundial. Si además el Fonden, que ya no es un fideicomiso sino un programa presupuestal, tiene 11 mil 758 millones de pesos disponibles, entonces para atender los primeros estragos de la tragedia hay unos 20 mil millones, es decir, apenas el 7.4 por ciento del tamaño del problema.
Se necesitará un esfuerzo financiero mucho mayor del gobierno, lo que significará recortar otros gastos el próximo año o contratar más deuda adicional a la muy cuantiosa que ya se tiene prevista. En año electoral, ¿cuál es la solución previsible?
Por supuesto, no todos los costos de la reconstrucción tienen porqué ser asumidos por el gobierno, pero sí es importante darle un impulso a la inversión privada. La Secretaría de Hacienda anunció estímulos fiscales como la deducción inmediata de inversiones que se realicen en las zonas afectadas, exenciones de ISR para el último trimestre del año, devoluciones de IVA en plazos acelerados y otros más, publicados el lunes en el Diario Oficial de la Federación.
Y vaya que se requerirán inversiones. Una estimación de Moody’s Investments es que el sector asegurador mexicano tiene una reserva para catástrofes por tres mil millones de dólares, suficiente para para enfrentar las coberturas de “alta gravedad” contratadas en Acapulco, pero ese monto es apenas la quinta parte de las pérdidas que se calculan inicialmente. Como parámetro, hasta ahora el huracán más costoso había sido Wilma, en 2005, tras el que se repusieron pérdidas por dos mil 700 millones de dólares.
¿Porqué las sumas aseguradas no son más amplias? Por la falta de cultura en la prevención de riesgos. Según los datos más recientes de la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas, en México hay 842 mil 310 asegurados ante fenómenos hidrometeorológicos, pero en el estado de Guerrero solo hay 7 mil 128 pólizas de ese tipo, es decir, apenas el 0.85 por ciento de las que hay en el país.
La actividad económica guerrerense está reactivándose desesperantemente lento. En Acapulco había 246 cajeros automáticos. Con el Plan Billetes, se habilitaron apenas dos para que la población pueda cobrar la quincena y disponer de su ahorro en una ciudad en que, de cualquier forma, no hay nada que comprar porque las tiendas están destruidas o saqueadas.
Urge superar la emergencia. Acuérdate de Acapulco. MÁS LLAGAS
Incluso para su propia sorpresa, el Congreso de Nuevo León sí aceptó otorgar licencia al gobernador Samuel García. El todavía mandatario en funciones tiene un mes para dejar las cuentas en orden dado que su sucesor interino, el panista José Arturo Salinas Garza, es lo contrario a un aliado político y tendrá seis meses para auditar a detalle el fin.