Fuera de todo
Denise Díaz Ricárdez
Cerramos este 2025 con muchas expectativas incluidas por supuesto las de orden personal, profesional y de la intensa vida pública, de la que se espera -y esperamos- mucho en el inexorablemente 2026.
Queda este año para diversas reflexiones, una de ellas el anuncio de la disminución de pobreza extrema en la que resultan favorecidas más de diez millones de personas, aunque falta aumentar los niveles de existencia de la mitad de la sociedad que aun rayan en lo extremo.
Otra más del empleo, se sabe que casi 23 millones de personas están inscritas en el Instituto Mexicano del Seguro Social, lo cual es muy importante aunque falta incorporar cuando menos otro tanto en este sexenio.
También se espera que aumenten las inversiones privadas nacionales y del extranjero a través del Plan México, aunque esta intención dependerá mucho de las negociaciones del tratado trilateral con estados Unidos y Canadá previsto para que se firme en julio próximo y se aproveche más la vecindad a través de industrias conocidas del nearshoring, se supone.
Son algunos adelantos de muchos otros que hay en la sociedad y que ojalá puedan aprovecharse en beneficio general.
Ahora toca lo profesional, que cada vez más personas encuentren actividades que les permitan lidiar con bien tantas premuras en ciudades gigantescas e incluso medianas por no seguirle y remuneraciones crecientes, sean empresas propias, empleados y servidores públicos y los dedicados al campo.
Y en lo personal, mi intención de que nos vaya excelente a todos en un país democrático y libre que se tendrá que perfeccionar, crecer, madurar, aprender de las caídas y levantarse sacudiendo las rodillas. Corregir a tiempo sigue siendo corregir.
Mucha salud y armonía este 2026.




