“No hay una sola cuenta individual –me decía ayer un conocedor del tema– que en estos momentos asegure al trabajador un ingreso mayor a 3 mil pesos cuando se jubile, así y ahora gane 20 ó 30 mil pesos mensuales”.
Y no, no existe. Porque como le he transcrito aquí martes y miércoles –un muy serio estudio de don Francisco A. Servín de Alba, de octubre de 2007–, los “ganones” han sido el gobierno federal, que se financia con esos recursos, y por supuesto los administradores que cobran las más altas tasas por manejo que hay dentro de los países miembros de la OCDE.
“Si hacemos la suma de todos los posibles rendimientos obtenidos (al décimo mes de 2007), debiera haber una utilidad acumulada en el sistema de 114 mil, 130 millones de pesos a favor de los trabajadores (en un ejemplo de lo más conservador) Pero, analizando el renglón de aportaciones acumuladas por los trabajadores en 10 años, vemos que la cifra es un total de 802 mil 551.90 millones de pesos, hasta el 30 de septiembre de ese año. Por favor, guarde esta cifra”, prosigue el documento del señor Servín de Alba.
“Las administradoras, reciben las aportaciones y las invierten a través de unas sociedades de inversión mejor conocidas como SIEFORES. Existen dos clases de SIEFORES, la básica 1 y la básica 2. En la uno, se invierte el dinero de personas mayores de 56 años y en la dos, el de las personas menores de esa edad. Ambas, tienen limitantes para invertir en valores internacionales y la básica uno, no podrá nunca adquirir valores de renta variable. Se entiende esto último, pues, los que entran a ese esquema de inversión, ya son cercanos a jubilarse y no hay porqué tomar un riesgo innecesario. Los otros, los de la básica dos, se supone que tienen mayor tiempo para poder tener un promedio aceptable.
“Esa es la teoría, pero la verdad es muy distinta. Le invito a que pasemos a ver en dónde está su dinero y cómo le ha ido hasta el momento.
“Para saber cuál es el monto que tienen los trabajadores invertido en las SIEFORES, nada más hay que mirar las carteras de valores de ambas organizaciones. Al 30 de septiembre del año que corre (2007), el total invertido por las dos clases de SIEFORES existentes es de 808 mil 462.30 millones de pesos.
“Ahora sí, traiga la cifra que le pedí guardara. Debe usted advertir que solamente existe una diferencia de 5 mil 910.40 millones de pesos. Lo que significa que, su dinero ha ganado prácticamente, nada en diez años. ¡El 0.74% en diez años! En otras palabras, si usted logró reunir en todo este tiempo con sus aportaciones la cantidad de 50 mil pesos, su saldo debe andar rondando los 50 mil 370 pesos en promedio generalizado. Ganó el equivalente a siete días, de salario mínimo, en diez largos años. Así de simple.
¿QUIÉN SE LLEVÓ MI “LANA”?
“¿A dónde fueron a parar esas carretadas de dinero? ¿Por qué permitimos que los de siempre se sigan haciendo más ricos a través de hurtar el bienestar de la mayoría? Ahí le va la respuesta. Veamos el siguiente cuadro:
“Aquí están las utilidades que deberían estar en su cuenta respectiva. Los señores de las AFORES, se han metido a la bolsa, de sus finos pantalones, la extraordinaria cantidad de 105 mil 086 millones de pesos, por concepto de las comisiones que a usted le han descontado en estos diez años que ahora celebran. Estas empresas, han sangrado la economía de millones durante esta década.
“Parafraseando al gran creador plástico, Gilberto Aceves Navarro, les pregunto a las autoridades, si de verdad hay algo qué celebrar. Los dueños de los negocios de la usura, han hecho del futuro de millones de mexicanos, un pingüe negocio de unos cuantos. El pastel, en todos los sentidos, es sólo para ellos, pues los trabajadores que han ido depositando una parte de su salario, jamás podrán tener una rebanada del mismo.
“Lo grave del asunto, es que, los trabajadores confían en que su dinero está produciendo lo adecuado para tener una vejez tranquila. Nada más fuera de la realidad, aunque le digan lo contrario, pues, cada vez es menor el poder adquisitivo de nuestra moneda.
“¿Ahora se explica, el por qué lo clasifico como peor que el FOBAPROA? Porque en este caso, no se trata de ningún pasivo, al contrario son activos que debieran generar ingresos suficientes para garantizar su buen funcionamiento, sin embargo, los números son fatalmente realistas.
“Con cifras proporcionadas por la CONSAR, nos damos cuenta que, mediante complejos informes, elaborados con toda la mala intención para que nadie los entienda, se ha mantenido una mentira que ya no puede seguir ocultándose. Este fraude legalmente establecido, muestra claramente que el futuro del país, no será lleno de colores vivos. Más bien, tiene desde ahora, la tonalidad de la esperanza muerta.”
Índice Flamígero: Mientras que las tarifas del transporte se elevan y los asalariados a duras penas pueden transbordar de uno a otro sistema para dirigirse a su centro de trabajo, el nuevo director de la CFE, Enrique Ochoa Reza, ya mandó pedir dos helicópteros para sus traslados. Son dos aeronaves que, hasta la fecha, estaban destinados a proporcionar seguridad a las líneas e instalaciones de la paraestatal. Imita así al director general de Pemex, Emilio Lozoya, quien también tiene dos de estos aparatos para su servicio personal. Por fortuna ¡todavía hay clases!, dirán.