La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
El sentido de la corcholata es mantener con gas al tapado
Señala el presidente López Obrador, con relación al candidato presidencial de MORENA para el 2024: “Ahora sí que ya no hay tapados, yo soy el destapador y mi corcholata favorita va a ser la del pueblo, esa es la regla”
En la tradición política mexicana, la última gran aspiración del Tlatoani es designar su sucesor y con ello, aspirar a seguir manejando los hilos del poder, es una obsesión irrefrenable, trátese de un priista, un panista y ahora un morenista.
El tema es que, invariablemente han fallado en tal pretensión, porque de ganar su candidato (desde la alternancia del 2000 ya no es garantía), al sentarse en la silla es invadido por los poderes mágicos del trono y asume el control absoluto del bastón de mando.
A pesar de las lecciones de la historia, el deseo, subrayamos, es incontrolable y en ese sentido, el presidente imperial evalúa a sus favoritos y elige no al mejor, sino al o la idónea, aquel(la) que, desde su particular visión del mundo, le garantice continuar vigente.
Por ello, el tabasqueño anuncia que asume la decisión en forma unilateral (dedazo), al enfatizar ‘YO SOY EL DESTAPADOR’ y da por sentado que hará lo correcto cuando sostiene: ‘MI CORCHOLATA FAVORITA VA A SER LA DEL PUEBLO’.
Así, bajita la pinza dijeran en el barrio, don Andrés supone tener el pulso exacto para determinar lo que conviene a la 4T y lo que necesita el pueblo, es un político que emite el mensaje y corre al lado opuesto para recibirlo, luego lo regurgita como maná para sus prosélitos.
Hasta aquí, no hay novedad, el modelo surgido de la posrevolución sigue vigente en sus dos variantes: los pros y los contras.
En tal contexto, habría que decirle al don que se cuide de los abrefáciles, no sea que dedos ajenos le quiten el monopolio, dijera el clásico: son cosas que pasan.