Colaboración Exclusiva
Desde Filomeno Mata 8
Por Mouris Salloum George*
La plaza de Curitiba, Brasil, y el juez Sergio Moro, desde hace meses están en el interés de los mexicanos que tienen poder de compra para contratar servicios de la televisión comercial y lo hacen de una productora trasnacional.
Ofrece ese contrato una serie que pasa de ser telenovela, pues apenas oculta la identidad de sus protagonistas. Es la construcción de una trama política infestada por la corrupción, que en Brasil es moneda corriente entre los Poderes de la Unión, magistrados federales y estatales, legisladores, procuradores, agentes policiales, contratistas del gobierno, lavadores y sicarios, y abogados de la peor catadura.
La mano que mueve la cuna
Puesto que en el centro de la oscura realidad brasileña está el caso de la petrolera Petrobras y sus ejecutivos, conviene decir que la mano que mueve la cuna es la constructora Odebrecht que ha repartido lodo en todo el continente, incluyendo a México y ex funcionarios y funcionarios de Pemex.
El escándalo ya provocó la caída del presidente, el enjuiciamiento de dos ex y la defenestración de un vicepresidente en Perú. El inmundo oleaje invade otros países. Un vector son cortes de los Estados Unidos. En México no pasa nada.
En Brasil, el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, ha quedado atrapado en el torbellino. Perseguido por los golpistas legislativos, ha caído finalmente en manos del juez Moro. La noche del 7 de abril se dirigió a sus seguidores. Refiriéndose al Poder Judicial brasileño, lo dijo poéticamente: Los poderosos pueden matar una, dos o tres rosas. Nunca pueden detener la primavera.
Lo que pasa es que Lula da Silva, con posibilidades reales iba por un tercer mandato presidencial. Los golpistas dieron sentido a esas posibilidades soltando a los perros de presa contra el minero metalúrgico, que con la fuerza de su sindicato y su partido, el de los Trabajadores, había ejercido ya el poder presidencial en dos periodos.
Es potencialmente posible que esa situación ocupe el primer plano en la ya próxima Cumbre de las Américas. De este evento, a realizarse en el impoluto Perú, por consigna de Washington ya fue excluida Venezuela.
Pero la legación mexicana estará presente: Abogará seguramente por la integración latinoamericana frente a lo que se identificará muy quedito: El desquiciado señor Trump. Y lo hará en nombre de la democracia. Ay, América, hasta cuando andarás errante, hija contumaz. Ya lo dijo el clásico bolivariano: Los gobernantes andamos de cumbre en cumbre; nuestros pueblos, de abismo en abismo. Vale.
*Director General del Club de Periodistas de México, A.C.