FRANCISCO RODRÍGUEZ
Al frente de la cacería la jauría ladra hacia todos lados, mientras los chairos se alborozan despellejando a una presa que aún no ha sido atrapada. Es la batahola de la demagogia, atizada con municiones de perdigón populista, cargadas con mentiras, engaños y demasiadas imprecisiones.
Una fiesta de indolentes que se aferran a la pandemia “como anillo al dedo” para encubrir todo el desastre causado en el sistema sanitario, económico, financiero, político y social del país. Todo el escándalo es improcedente, la población, con grados crecientes de angustia y desaprobación, confirma que esto se acabó.
Las calificadoras internacionales dejaron caer una voladora de este tamaño que elaboraron con estudios previos de casi seis meses sobre el estado real de la desgracia mexicana. No se hizo para que apareciera al mismo tiempo de la pandemia. Es la comprobación exacta de la dimensión de la crisis nacional, que no nos engañen y no nos engañemos.
Las cuentas del rancho grande no salen, ni checan, ni cuadran. El periódico oficial de la Corta Transformación, La Jornada, se apresuró a decir que gracias a la cancelación de los 368 fideicomisos, la secretaría de Hacienda y Crédito Público recogería 750 mil millones de pesos de dinero no ejercido. ¡Brincos dieran!
Servirán para engrosar las cuentas fallidas de la 4T
Todo mundo sabe que la creación inusitada de fideicomisos se debió a la incapacidad de los últimos gobiernos para operar facultades ejecutivas, las mismas que fueron abandonadas por las secretarías del Despacho y tuvieron que ser encargadas por entes públicos disociados del encargo fundamental. Fueron la comparsa de la falta de equipamiento.
También, claro, una enorme olla de corrupción. De ahí, por ejemplo, cuentan que salieron los recursos para que los “empresarios” consentidos del prianismo “compraran” Aeroméxico. ¡Un regalazo!
Ahora, gracias a la recomendación de la inefable secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval de Ackerman, se les echa el guante, desaparecen sin ton ni son para agradar al hombrecillo y engrosar sus cuentas fallidas. Éste, ni tardo ni perezoso, se va con la finta y hace saber a todos que ahí está la solución buscada. “El anillo del dedo”.
Ostentando una imaginaria presa despellejada, el hombrecillo se jacta de que ya tiene la solución para fortalecer programas sociales, la reactivación económica y el otorgamiento de créditos, apuntalar a Pemex… y ¡pagar la deuda pública! Encima de todo, la Ley de Austeridad Republicana.
Devolverán IVA a empresarios, se combatirá el despilfarro, se evitará acudir a la deuda externa, y se administrarán todos los recursos con eficiencia, eficacia, economía, transparencia y honradez para satisfacer todos los objetivos. Todo eso, a más tardar el 15 de abril. Así como suena.
Los videoblogueros sí aplauden. ¡Los periodistas no!
Los chairos videoblogueros mafufos de la mañanera, convocada para el efecto, rompen en aplausos para el hombrecillo, desnudando todos los principios periodísticos, avasallando todas las conquistas en materia de libertad de expresión, rindiéndose zalameros ante el nuevo mesías. Lograron un impacto de ridículo mundial. Son una vergüenza y un peligro para la libertad de expresión.
Saliendo de allí, el hombrecillo se hace retratar con el precandidato presidencial de la Corta, Cuauhtémoc Blanco, haciendo la cuauhteminha, como símbolo de la sana distancia de la que ambos se mofan. Una foto para la historia de la abyección.
Los fideicomisos sólo tienen algo así como 400 mil millones
Pero los que se quedan con el paquete son los analistas financieros, y su pasmo es evidente cuando comprueban que todos los fideicomisos cancelados en un acto demagógico sólo tienen alrededor de 400 millones de pesos. El gozo al pozo. No alcanzan para nada de lo prometido. Las cuentas no salen, ni cuadran, ni checan.
Los dineros de los fideicomisos son de origen privado, en su inmensa mayoría. Cancelarlos, equivale a un decreto de confiscación que, eventualmente, llevará a liquidación o a litigios inacabables, opinan los expertos financieros de Hacienda, aunque por el momento puedan considerarse deuda pública. Un aquelarre dantesco.
Porque si ése era el “guardadito” de medio billón de pesos del que tanto presumieron y nunca apareció, el asunto es de horror. Y si ése es el pretexto para envolverse con la bandera nacional y despreciar los préstamos internacionales, está peor.
Ni para ir a rogar un crédito del Fondo Monetaria Internacional
Si fuera cierto lo que sostienen algunos economistas de postín, todavía hay una línea de crédito del FMI por 61 mil millones de dólares. A precios actuales del dólar, vienen siendo algo así como un billón trescientos mil millones de pesos. Pero eso es lo que haría falta para la importación de alimentos, lo hemos platicado largamente usted y un servidor.
No son cuentas que alcancen para la reconstrucción nacional, ni de lejos. Por otro lado, habría que ver si esa línea ya se suscribió, porque en estos estados de emergencia mundial el dinero vuela hacia quien lo pida a tiempo, o una vez que venció el plazo para recogerlo. Son asuntos que se ventilan casi igual que un préstamo privado.
Porque el FMI ya pintó su raya. Divulgó hace unos días que sólo tiene un billón de dólares para los 90 países emergentes, en todas sus líneas, con toda crudeza. Si acaso nos quisieran prestar, dirían que ahí están los 61 mil millones de dólares para México, y sanseacabó. Nos quedaríamos de nuevo chiflando en la loma. Nada para la reconstrucción del país.
570 mil millones de pesos costarán la caída de los petroprecios
Porque p’acabarla de chingar, no podemos olvidar que ya está el compromiso de los 900 millones de dólares para indemnizar a la cervecera Constellation Brands, ésa a la que una consultita a mano alzada le canceló la construcción de su empresa en Mexicali, por obra y gracia del hombrecillo de Palacio Nacional.
Y no podemos ignorar que el famoso “guardadito” tendría que aplicarse también para compensar la caída de los 570 mil millones de pesos estimada al cierre del año 2020 en los ingresos petroleros y tributarios. Pero todo es presa fácil de caudillos y politiqueros, iracundos, soberbios e impredecibles absolutamente.
Pero el fanatismo es patrimonio de sistemas autoritarios y dictatoriales donde el chantaje, la represión y el miedo son utilizados para someter a la gente. Quienes no pueden acomodar sus ideas al fanatismo, son considerados enemigos y se exponen a serios peligros.
Vamos volando hacia lo que se llamó “el corralito” argentino
El Estado fue desmantelado para gastos clientelares y ocurrencias demagógicas.
Succionaron los fondos para la estabilidad financiera y los desastres naturales.
Hoy echa mano de los fideicomisos.
Mañana serán las afores…
…y después las cuentas personales.
Vamos volando rumbo al “corralito” argentino.
¿No cree usted?
Índice Flamígero: Existían 338 fideicomisos hasta el 31 de diciembre de 2019. De esos no se verán afectados los que están previstos en la ley, por ejemplo, aquellos que se utilizan para estabilización de los ingresos presupuestarios tanto de la federación como de los estados y municipios, así como los fideicomisos en materia de salud, por mencionar algunos. En cambio, los fideicomisos que dejaron de existir son el Fondo de Desastres Naturales (Fonden), que tenía 10 mil millones de pesos hasta diciembre pasado; el extinto Seguro Popular, el Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin) con 11 mmp, y el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, entre otros.
https://indicepolitico.com / indicepolitico@gmail.com / @IndicePolitico / @pacorodriguez