Por Gilberto Celis
Que no es cuestión de replicar si las fotografías inéditas que le mostré, sobre el avance del Tren del Istmo AMLO, reflejan corrección en las curvas de 40 y 45 grados del tramo Chivela-Nizanda; sino el alto impacto de la participación de La Peninsular, empresa del Grupo Hermes de Carlos Hank Rhon, tras haber ganado la licitación de FIT (¿SA de CV?) para, dicen, evitarle el paso de tortuga del curverío que por alrededor de un siglo y tres cuartos recorrieran los trenes de carga y pasajeros del Puerto de Salina Cruz, Oaxaca al Puerto de Coatzacoalcos, Veracruz.
— Después de más de siglo y cuarto del tendido, como imaginar esté en condiciones.
— Además, el trazo moderno era al parejo del de la carretera y prefirieron, por costos a la mexicana, rehabilitarlo.
De los 308 kilómetros férreos que comprende el Corredor Interoceánico, se habla de reparar 49 kilómetros de un total de 157 kilómetros férreos; igual, de cinco licitaciones por un monto de 2 mil 396 millones de pesos y del contrato con La Libertad por 809.9 millones de pesos.
— Ah, de cinco licitaciones son 11 las empresas ganadoras: 7 mexicanas y 4 españolas.
— Y, aun cuando se den cuestionamientos, la incorporación del empresario Carlos Hank Rohn, en el Istmo de Tehuantepec marca un hito en esto que por eso le llaman política.
— Oiga, si Carlos Hank Rohn va a rectificarles el camino férreo, entonces sobre rieles irá todo derecho.
— ¿Será que mantener la estabilidad económica financiera, evita se desborden las pasiones?
— Peje4treramente acéptelo
Necesarios ingredientes
Sabe, nadie duda que para hacer guisado de liebre, lo primero que se necesita tener es la liebre. Una verdad absoluta en estos tiempos cuando las proclamas 4troteras son las mismas mañaneras y dan ganas de recordar los tiempos cuando los políticos eran ante todo hombres, en el más alto concepto de la palabra.
De mis conversaciones con el Senador de la República Juan de Dios Bojórquez y el entonces Jefe de Redacción del Novedades, don Luis Bojórquez, una se situó en Donceles y Allende, en el viejo Palacio del Factor que estaba a reventar tanto por el último informe del General y Presidente de México Plutarco Elías Calles, como hacía poco el General y Presidente Electo Álvaro Obregón había sido asesinado.
— De pronto, un hombre barbado, vestido de negro, apareció en el pasillo y apuntando con el índice le gritó “Farsante”.
— Calles le miró y sin inmutarse continuó su lectura.
Calles, Aurelio Manrique
Aurelio Manrique, potosino, obregonista hasta el tuétano y hombre que, dijo don Juan de Dios, su máxima hazaña había sido su propia vida, hasta tres veces repitió el epíteto y se retiró sin que nadie lo molestara.
Días después al volver a escucharse al reconocido extraordinario orador de palabra demoledora, uno de los ayudantes de Calles dijo “ya me canso ese barbón, hay que encarcelarlo y darle agua”.
Calles, visiblemente molesto por la imprudencia del cortesano en turno, contestó enseguida. No debe permitirse una tarugada así. Déjenlo que hable todo lo que quiera. Tiene derecho “es un hombre”.
— Entiendo. Para que surjan los varones ilustres, es menester que haya los ingredientes del caso y si valiente era Aurelio Manrique, Plutarco Elías Calles no lo era menos.
— Pues muy clara también es la diferencia mañanera y 4trotera de hoy día, más que políticos recuerdan al coro de las tragedias que con tanto éxito interpreta Ofelia Guilmain. Parafraseo a don Luis Bojórquez.
— Por eso le digo.
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