Eduardo Sadot
El pastor luterano alemán Martin Niemöller, que escribiera “Primero vinieron por los socialistas, y guardé silencio porque no era socialista. Luego vinieron por los sindicalistas, y no hablé porque no era sindicalista. Luego vinieron por los judíos, y no dije nada porque no era judío. Luego vinieron por mí, y para entonces ya no quedaba nadie que hablara en mi nombre” (sic). citado por el famoso escritor, Bertolt Brecht, se adapta hoy a mis compatriotas militares a aquellos que un día fueran cadetes, que juraron bandera y lealtad a la patria y a las instituciones – no a las personas ni a dictadores – la reflexión universal de Niemöller, mexicanizada para nuestro tiempo podría ser “Primero vinieron por los opositores, y guardé silencio porque no era opositor. Luego vinieron por los miembros del poder judicial, y no hablé porque no era miembro del poder judicial. Luego vinieron por los periodistas, y no dije nada porque no era periodista. Luego vinieron por los militares y marinos y con ellos por mí, y para entonces ya no quedaba nadie que hablara en mi nombre”.
Alguien podría negar, que así, con corrupción, como lograron reformar la constitución para desaparecer al Poder Judicial, no se atreverán también a reformar la Constitución – ya lo hicieron en materia de seguridad – de igual manera reformarán cualquier ley secundaria, para desaparecer a las fuerzas armadas, al ejército mexicano y a la armada de México, alguien podría negar esa posibilidad. El 10 de octubre de 2022 bajo el título “Escarnio y desmantelamiento de las fuerzas armadas” publicamos un artículo que se encuentra en internet, previendo lo que anticiparon en un evento en el Instituto de Investigaciones Jurídicas, donde personajes de Morena expusieron su intención de desaparecer a las fuerzas armadas para crear su órgano de represión, con el fortalecimiento de la Guardia Nacional como ahora hemos visto y tenemos pruebas de la protección incondicional que brindan a la delincuencia, incluidos los cárteles inmobiliarios. Creemos que no se puede negar hoy, el proyecto de desaparición de las fuerzas armadas, es un hecho.
Porque empezaron por darle funciones que no tienen que ver con sus tareas para corromperlos – albañiles de la 4T – para despertar su ambición para hacer dinero y empezaron a desarticular a las fuerzas armadas, el primer ejemplo de corrupción fue hacerlos cómplices del fraude de que “las obras emblemáticas e inútiles” de obrador eran de “seguridad nacional” y con el pretexto de formar a la Guardia Nacional, a estas alturas las debilitaron desmantelándolas, pasando al personal de guerra a la Guardia Nacional, ante el silencio cómplice de las fuerzas armadas, de los marinos, almirantes y generales, que se daban cuenta de lo que estaba pasando y no hicieron absolutamente nada, por defender a su institución y defender a su país y su Patria.
Su fuerza y disciplina, su cadena de mando, se ha desarticulado, como lo escribimos aquel 10 de octubre de 2022, dijeron que iban a desaparecer al ejército, nadie le puso atención, no les interesó o no lo creyeron la realidad nadie puede negarla, después de haber desaparecido el poder judicial, hay un principio derecho que dice el que puede lo más, puede lo menos y si ya desaparecieron a un poder ¡a uno de los poderes del gobierno! no está lejano el día que desaparezcan a las fuerzas armadas ante la pasividad y el silencio de sus mandos que asumen una actitud dócil y complaciente, como en su momento la de los judíos, obligada, dócil y resignadamente caminando a los campos exterminio.
Ese es el camino que van a seguir los cuadros de quienes una vez fueron cadetes de las fuerzas armadas, ¡donde quedaron sus pulmones henchidos de sueños y amor a la patria! ¡donde murieron los jóvenes idealistas, que apretaban el paso con firmeza, cantando el himno de sus heroicas escuelas! ¡esa es la herencia y el ejemplo para las nuevas generaciones de cadetes! Y más aún ¡a sus descendientes!
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