* No son pocas las versiones que apuntan al desatado futurismo político del Senador Cuauhtémoc Ochoa que ya teje alianzas con su compañera en la Cámara Alta, Simey Olvera y otros personajes de la clase política que lo perdieron todo en las elecciones presidenciales del 2024; el tema es que estos personajes no acaban de entender que los tiempos políticos no son los mismos que cuando hicieron toda suerte de triqueñuelas, y jugar las contras a los postulados de Morena de no mentir, no robar y no traicionar al pueblo, les podrá costar ser marginados en el mediano plazo de proyectos electorales, donde solo buscan sus intereses personales
SILOGISMOS
Por Antonio Ortigoza Vázquez / @ortigoza2010
Especial de Expediente Ultra
Citemos para empezar, el proverbio latino: “Tempora mutantur, nos et mutamur in illis”, cuya traducción reza: “Los tiempos cambian, y nosotros cambiamos con ellos”.
Y nos permitimos concitarlo para contextualizar lo que está sucediendo con muchos políticos y políticas hidalguenses, que están cambiando, pero no precisamente ajustándose a los nuevos tiempos políticos, sino en un sentido acomodaticio a sus propias conveniencias e intereses camaleónicos. En síntesis, transformados en una aberrante incongruencia de lo que fueron ayer y lo que pretenden ser hoy.
Así las cosas, hoy el senador de Morena, Cuauhtémoc Ochoa, no solo busca cambiar los tiempos sino adelantarlos al construir una campaña adelantada a 4 años de la sucesión gubernamental.
Retando a Cronos, el ambicioso personaje ha comenzado el reclutamiento de probables aliados e incondicionales, así como visitas “informativas”, sumadas a reuniones en los meandros políticos.
Ajeno a sumarse desde su encargo legislativo a un esfuerzo serio y comprometido por el bienestar de los hidalguenses, Ochoa está empeñado de tiempo completo a tratar de influir en la psique de muchos actores políticos, ex compañeros de partido, ex jefes de gabinete y otros más que hasta la pasada campaña local, juraban lealtad al hoy gobernador hidalguense Julio Menchaca.
Las cortedades aquí descritas tienen un equivalente moral al del suicidio o, por mejor decirlo, al del genocidio por mano propia. La incongruencia política lleva a la destrucción de su entorno natural y trastoca su sitial en la naturaleza.
El ahora bautizado como el capo del “Cártel de la Basura” –por el estiloso mafioso y corrupto que ha caracterizado su papel dentro de la actividad de recolección de desechos en varios Estados del país—, ha logrado sumar a sus filas a ciertos personajes inactivos en la vida política de los nuevos tiempos, como la ex senadora (hoy verde ecologista ) Nuvia Mayorga, el ex Secretario de Gobernación y ex gobernador, Miguel Osorio Chong y la senadora Simey Olvera quien creciera políticamente gracias al apoyo de los verdaderos morenistas hidalguenses, pero cuya vena política tiene fuertes nexos de amistad con la ex candidata presidencial de la derecha, Xóchitl Gálvez.
En los nuevos tiempos, Simey “La paloma”, vuela en otros cielos, impulsada por Cuauhtémoc Ochoa, con un plan ranchero y la promesa de convertirla en la siguiente gobernadora (por dos años). Dentro del círculo del senador, corren versiones de que por aquello de la equidad de género, el ex verde ecologista le endulza el oído a su par en la Cámara Alta, pero aseguran que fiel a su apetito político, Ochoa buscará llevar mano y no precisamente para el periodo de 2 años, sino uno de ocho, para lo cual -ahí sí—ya trabaja tejiendo acuerdos para impulsar una reforma política que modifique la ley local en la materia.
Las obsesiones por adelantar las manecillas del reloj en el calendario político hidalguense, está aderezando toda suerte de versiones una de las cuales circula en redes situando en la misma mesa a Simey Olvera con quien fuera uno de los operadores políticos y frustrados “benjamines” de Osorio Chong, Ernesto Vázquez Baca. Político que no despuntó por cuenta propia y que hace años se decía amigo de la realiza española, lo que le ganó una efímera fama.
La ambición de adelantar los tiempos, sin cambiar con ellos como aconseja el proverbio citado en nuestro prime párrafo, está descobijando a aquellos que siguen sin entender que, precisamente, los tiempos son otros y las viejas y malas artes de la política, carentes de toda ideología, están quedando atrás y dejarán a la vera del camino a aquellos empecinados en jugar las contras a los postulados de la 4T de no mentir, no robar y no traicionar al pueblo.
Es cierto, en Morena aún pudieron colarse personajes como Cuauhtémoc Ochoa, pero dentro del partido y la dirigencia nacional, hay liderazgos que estarán muy atentos para hacer valer la decisión de las bases a la hora de tomar determinaciones en el mediano plazo.
El ex gobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco, es la muestra palpable de que pertenecer a Morena o haber sumado como parte de una coyuntura, no equivale a gozar de impunidad, como también lo están constatando aliados de última hora como el ex mandatario oaxaqueño, Alejandro Murat, relacionado con el fraude habitacional en el INFONAVIT.
Quiénes, sin distinción de sexo, estén pensando en anteponer sus intereses y ambiciones personales a los de las mayorías que los llevaron a los cargos que hoy ostentan, deben actuar con sumo cuidado porque atrás quedaron las dirigencias de Morena que todavía toleraron ciertos acuerdos bajo la mesa.
En Hidalgo, no solo las bases y simpatizantes del hoy partido en el poder, sino la sociedad en general, está tomando conciencia de cómo diferenciar a políticos comprometidos con su bienestar con los que como Ochoa, solo buscan ver por su santo. Aliarse con el Zar de la Basura, equivale el lenguaje coloquial ser “besado por el diablo”.
Y como decía el maestro Renato Leduc: “sabía virtud de conocer el tiempo…”