La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Los neoliberales les robaron lo revolucionario, la derrota y la ineptitud, lo institucional
Cuando inició el proceso electoral local en Veracruz, el dirigente priista en la entidad, Adolfo Ramírez Arana (impuesto por Alito Moreno, en virtud de ser su incondicional), afirmó que el tricolor resurgiría, ya que, las disputas al interior de MORENA, provocarían que muchos obradoristas desertaran y volvieran al ex partidazo.
Sin embargo, a pesar del enojo de muchos integrantes de la 4T, por las ‘irregularidades’ en el mecanismo de selección de candidatos (ignorar el resultado de las encuestas y elegir a los aspirantes menos populares v.g.), el trabajo de los operadores de la gobernadora Nahle, ha impedido la pretendida desbandada que el ‘Fofo’ pronosticó.
Por el contrario, a últimos días, los dirigentes priistas en Tuxpan y Boca del Río renunciaron a su militancia (por citar dos casos) y otros cuadros connotados, han hecho pública su salida, lo que genera que la ya existente desmoralización, se profundice.
Salvo algunas excepciones, de suspirantes que pueden hacer un papel decoroso e, incluso, dar el campanazo (merced a su trabajo político, trayectoria personal y a que han convocado a un frente ciudadano por encima de la plataforma ideológica), el otrora partido hegemónico, podría poner en riesgo su registro estatal ante el rechazo del electorado.
Parafraseando a Fidel Herrera Beltrán, podemos afirmar que, para el referido instituto: ¡viene lo peor!