SI TE ABURRE, NO ME LEAS
Emmanuel Moreno
San Sebastián, España. Sábado 24 de agosto.- México quedó atrapado. Azorado. Mudo. Guardó silencio. Como si su tiempo se hubiera detenido.
Fue víctima del hambre insaciable de poder, de esa hambre y poder que pretenden acumular los tiranos, los dictadores, que se imaginan llenos de tal grandeza, que sólo ellos y sus decisiones, deben ser tomadas en cuenta, aplicadas, escuchadas, obedecidas y según ellos, todo eso con resultados siempre exitosos.
De aquellos supuestos médicos que llegaron a suelo Azteca en tiempos de pandemia (muchos solo eran para aparentar, para simular, para despistar), que son expertos en tecnologías de la información, hackers consumados, lo hicieron para preparar el colosal fraude en las elecciones del pasado dos de junio y nadie los vio llegar y menos aplicar sus conocimientos en informática.
Hoy México fue engullido ya por una fuerza radical llamada Morena, que la encabeza un fanático, un iluminado, un lobo con piel de oveja, a sabiendas de que su pueblo -en su mayoría con limitaciones económicas, sociales y culturales- iría a donde él dijera para obtener un mendrugo, una limosna, unas cuántas monedas, algunas despensas y muchas promesas, para ser propiedad de su voracidad.
Lo dije antes de volver a mi bella España, a principios de febrero, que a los mexicanos les pasaría por encima una insaciable y poderosa locomotora, que barrería con sus libertades, su democracia, sus equilibrios, sus instituciones, sus contrapesos, para asumirse como juez y verdugo de un país acostumbrado al sometimiento.
Pero se les pasó la mano. No simularon una elección competida,reñida, que lo era, para modificar resultados y hacer brincar números de un lado a otro, y se hicieron de un falso pero aplastante triunfo de más del doble para que los de la oposición no supieran qué hacer, qué decir -tal cual como sucedió- y doblaran las manos ante tal resultado.
El golpe fue tan brutal, tan demoledor, que cayeron en el limbo, quedaron en coma, para reaccionar demasiado tarde y con titubeos.
Si el voraz gobierno hubiera sido un poco moderado y posterior a la elección hubiera dado cifras más creíbles, es decir, un resultado complicado pero a su favor, la gente y los que siempre indagan la verdad, se habrían callado y quedado conformes con el resultado, pero como el poder no se comparte y es un elixir que transforma hasta a los más humildes de los seres humanos, no había margen para exponerse y arriesgar.
Pero, siempre hay un pero, ¿y los millones de mexicanos que se vieron en las diversas marchas para apoyar a una Xóchitl Gálvez, que, dicho sea de paso, no estaba preparada para un cargo como el que le hicieron creer podía obtener, esos ciudadanos no contaron?
¿Los cientos de miles de familiares de los asesinados gracias a la ocurrencia de abrazos no balazos, tampoco votaron?
¿O los padres, tíos, abuelos y amigos de esas familias, indignadas por la negación de comprar medicamentos para sus hijos enfermos de cáncer, no se manifestaron en contra del autoritarismo y la barbarie de López Obrador y su Movimiento?
¿Y los dolidos por la muerte en la Línea 12 del Metro no acudieron a las urnas? ¿Los del Colegio Rébsamen tampoco? ¿O lo hicieron para votar a favor de ellos?
¿Los ofendidos e indignados por el brutal fraude a Segalmex tampoco sufragaron?
¿Acaso la estupidez mostrada en tiempos de pandemia que provocó la muerte de 800 mil mexicanos tampoco se manifestó en las urnas?
¿Los cínicos y descarados negocios de los hijos del Presidente, los de Manuel Bartlett, de Zoé Robledo, de los hermanos y prima del tabasqueño, de Rocío Nahle, no movieron, no sacudieron conciencias para evitar seguir siendo burlados por esos atracadores, asaltantes de los dineros de su pueblo?
¿Sus claros vínculos con los narcotraficantes pasaron de noche para los electores mexicanos?
¿En verdad más del doble de mexicanos votaron por el continuismo hacia la tragedia nacional, que acabará confrontando a buenos y malos, chairos y fifís, quizás con resultados sangrientos?
¿Los morelenses votaron por que sigan los asesinatos y el abandono federal?
¿Lo hicieron los chiapanecos luego de ver lo pequeño, torpe y temeroso que es su gobernador, Rutilio Escandón, que ha permitido se adueñen de ese territorio los cárteles de las drogas?
¿Votaron por Morena en Guerrero, donde fueron ignorados -sobre todo en Acapulco luego del huracán Otis- y que hoy esa entidad es tierra de nadie?
¿En Tamaulipas? ¿En Sinaloa? ¿En Veracruz?
Claudia Sheinbaum es de claroscuros. A veces da señales de tolerancia, humildad, sencillez, reflexión y sensatez, pero cuando es presionada por el propietario de Morena, que se quiere adjudicar México, cede y exhibe intolerancia, prepotencia y arrogancia, defectos que son muy malos compañeros y pésimos consejeros, y es cuando quien cae en eso, se viste de ropas llenas de espinas venenosas para quien las usa y para quien las toca.
La doctora es sin duda una mujer preparada, con presencia y clase, y cuando se relaja ofrece simpatía y genera confianza, pero cuando repite palabras, frases y ademanes de López Obrador, entonces genera rechazo y salpullido. Se muestra autoritaria e intolerante y eso es sumamente grave, delicado.
No sé qué va a suceder a México y en México, pero le deseo lo mejor. Le deseo luz y armonía, progreso y estabilidad, hermandad y justicia, libertades y democracia, tolerancia y diálogo, que de no darse, podría irse por el camino tortuoso, doloroso, innecesario de las revueltas, de los levantamientos, de hombres y mujeres que después de perder todo o mucho, se sientan las y los Serdán, los Hidalgos, los Morelos, las Leonas Vicario, los Maderos, los Zapatas, los Villas, o los Marcos -quién ya se volvió a expresar con dura crítica-, para declararle la guerra al gobierno, un gobierno que en su ansia de ganar y conservar el poder a como dé lugar, un poder que lo considera como de su única propiedad, puede despertar a ese México bronco que ya se ha manifestado con resultados catastróficos para todos en épocas no lejanas.
Y mientras, su vecino, el coloso del norte, observa, planea y analiza posibles escenarios para no permitir (en clara injerencia) que las cosas se descompongan más de lo manejable y prepara, con las supuestas pruebas que tiene en su poder, el golpe mortal para hundir al tabasqueño, que dicho sea de paso y marrullero como es, se sabe muy investigado.
López Obrador piensa que estando en su finca chiapaneca de descanso, sin tantos soldados que vestidos de civil hoy lo cuidan, en una de esas puede también ser “levantado” por fuerzas norteamericanas, subido a un avión, y trasladado a una prisión de allá, quizás en Texas.
Siendo para entonces ya expresidente, ¿se subirá a su Tsuru blanco para ir a la Ciudad de México a visitar a su esposa e hijos y arriesgarse a ser detenido por fuerzas norteamericanas?
¿No estará coqueteando o guiñando el ojo a las dictaduras latino y sudamericanas, además de su clara defensa a los narcos y por eso el enojo de Estados Unidos?
El tiempo dirá.
Ya llega pronto septiembre, que prenderá luces amarillas de alerta o rojas de sumo peligro; luego viene octubre, que quizás dará tregua y respiro -si es que hay discurso conciliador y de suma de voluntades de la Presidenta-, y a partir de ahí, el nuevo México de esperanza y hermandad, o el México de aquel lejano 1910, que hartó a su pueblo de abusos, impunidad, saqueos e injusticias, como las que hoy vive con brutal descaro.
México es un gran país que merece mejores gobernantes, que merece mejor suerte.
Ojalá, porque el panorama se ve sombrío.
¿Qué país le dejará a su sucesora?
Andrés Manuel López Obrador comenzó su sexenio descalificando, peleando, dividiendo, fracturando, polarizando a la sociedad, culpando al pasado de todo mal y jamás reconoció que su presente y su pasado reciente, han sido catastróficos para su país, y se va a ir haciendo exactamente lo mismo, en choque con todos, aún y cuando por ese fraude monumental de supuesta paliza, es su partido y su candidata quien dará continuidad a su proyecto.
Cierto que hay corrupción en el Poder Judicial, pero también lo hay, y enorme, en las Fiscalías General de la República y en las Fiscalías de los estados, en las corporaciones policiacas y en el propio gobierno federal que López Obrador encabeza.
¿Irá a esa guerra que quiere iniciar doblegando, sometiendo al único organismo hasta hoy autónomo para no terminar en dictadura?
Qué triste se ve su futuro. Panorama complicado. Crispado. México en plena tragedia a unos días de su cambio de mandato.
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*Vasco de nacimiento. Mexicano de corazón.